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La Política de la Posverdad: Democracia en Redes

“La omnipotencia mediática anula la acción en provecho exclusivo de la reacción, transformando la política en rehén de las emociones colecti...

“La omnipotencia mediática anula la acción en provecho exclusivo de la reacción, transformando la política en rehén de las emociones colectivas.” (Antaki, 2022, p. 7)

Foto creada con Dall-E 3

Durante la última década, las redes sociales han tenido un impacto considerable en la opinión democrática que nadie hubiera imaginado. Se convirtieron en un instrumento capaz de incidir en el resultado de diversas elecciones de funcionarios públicos. También han tenido un papel importante en la creación, destrucción y reconfiguración de las formas de gobierno de distintos países. Un ejemplo de ello es el movimiento “Yo soy 132”.

El problema es, sin embargo, que esta tecnología no debe ser el único medio a través del cual se practique y exprese la democracia. Su falta de regulación (al ser una tecnología relativamente nueva y subyugada a intereses privados), la sujeta a diversas variables que limitan su interpretación y la imparcialidad de su información.

Además, el ser plataformas que permiten la libertad de expresión puede llevar a que nichos con ideologías políticas radicales lleguen a extremos que pongan en riesgo a la democracia y la integridad de la sociedad que les rodea. Ejemplo de esto fue el Asalto al Capitolio en Washington, Estados Unidos en 2021 por parte del grupo de ultraderecha QAnon e incitado por Donald Trump en Twitter.

El dilema recae en la misma libertad de expresión y la poca regulación de la información en las redes sociales. Si bien páginas como Facebook están implementando políticas más rigurosas en cuanto a la verificación de fake news o posts con poca credibilidad, el algoritmo y páginas de foros como Reddit propician la creación y el crecimiento de subgrupos con posturas radicales como los incels.

Otro elemento a considerar de las redes sociales, específicamente en el contenido de formato audiovisual, es que a menudo tienen mensajes cargados de emociones que influyen en cómo los usuarios reciben dicha información y cómo reaccionan a ella. 

“En la relación entre los medios y la opinión, triunfa la emoción, no la razón.” (Antaki, p. 6)

La implicación de estas emociones infiere que la racionalización y el análisis crítico pasan a un segundo nivel. La ausencia de este proceso deriva en la asimilación inmediata del discurso y la (falsa) creencia de una sola verdad, la cual ha sido manipulada por los mismos medios y los intereses políticos a los que los mismos responden. Esto se denomina como posverdad.

Inmediatez y Posverdad

“El espacio real del mundo se ha disuelto, dejando a la gente desarmada frente a la inmediatez.” (Antaki, p. 3)

La sobrecarga de información, los mensajes breves, y la rapidez con la que viajan en plataformas digitales dificulta la comprensión del contenido. Los algoritmos crean burbujas informativas que limitan las perspectivas y polarizan las opiniones de los usuarios. Además, la presión por llamar la atención favorece el uso de titulares impactantes que no proveen mucha información. Superar estos desafíos requiere de esfuerzos para motivar a la búsqueda de fuentes verídicas.

La posverdad se ha convertido en una de las herramientas principales de los discursos políticos, dado que permite apelar a la sensibilidad de una audiencia masiva de forma instantánea. Los políticos no necesitan demostrar sus habilidades ni conocimientos dentro de su rubro, sino generar interés por medio de recursos como la farsa, comedia, el carisma y, a veces, la irreverencia. Por ello, personajes públicos como Claudia Sheinbaum y Marcelo Ebrard, recurren a hacer contenido audiovisual en TikTok para ganar el interés (y, tentativamente, el voto) de los usuarios.

Consecuencias en las elecciones de 2024

“Los medios permanecen necesariamente en el nivel de la retórica encantadora que, con algo de arte, convence a los hombres tanto de una verdad como de su opuesto.” (Antaki, p. 1)

Las consecuencias que todo lo anterior puede tener en la democracia mexicana y las elecciones presidenciales del 2024.

Las carencias económicas, sociales y educativas del pueblo mexicano lo hacen más susceptible al discurso de la posverdad empleado por los políticos. Esta vulnerabilidad es la condición perfecta para sembrar estos mensajes, pues en una existencia enfocada en sobrevivir no hay cabida para el pensamiento crítico. Gracias a ello, las elecciones de 2024 estarán marcadas por el caos provocado por la polarización de la población. Será, finalmente, una lucha de posverdades.

La política mexicana ha tenido una relación estrecha con los medios masivos de comunicación, específicamente con Televisa. Por ello, eventos como debates presidenciales se transforman en entretenimiento y no necesariamente cubren los datos requeridos para tomar una decisión informada al momento de votar.

En el presente, las mañaneras replican este tipo de entretenimiento y siguen buscando la empatía por parte de los televidentes. En las redes, la política se ha introducido a los usuarios por medio de contenidos cortos, superfluos y que siguen las tendencias. Si en un principio la internet buscaba la transmisión de información no hegemónica, ahora la red es el medio idóneo para transmitir estos contenidos y aquellos no verificados ni filtrados por expertos en el tema tratado.

La IA ChatGPT ofrece esta explicación al respecto sobre el fenómeno: La posible degradación de la elección presidencial de México en 2024 emerge de la desconexión entre los candidatos y la verdad, agravada por el predominio de noticias visuales en las redes sociales. En este escenario, la narrativa política se ve afectada por la manipulación visual y la desinformación, socavando la calidad del debate público. La falta de compromiso genuino con la verdad por parte de los candidatos puede contribuir a la polarización y a una percepción distorsionada de la realidad.

El ambiente político se ve reflejado en las redes sociales, y estas tienen un impacto crucial en el futuro político del país. Los usuarios votarán por los candidatos más carismáticos, aquellos con mayor exposición en redes y quienes resuenen con los ciudadanos no por sus propuestas ni ideologías, sino por su capacidad de entretenerlos.


Referencia

Antaki, I. (2022). “Los Medios”. Manual del ciudadano contemporáneo. DEBOLSILLO.


Gina Camargo, José Carlos Franco, Juan Pablo González y Verónica Pedroza

(1,041 palabras)

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