Elecciones Tecno-mediocráticas

Elecciones tecno-mediocráticas

Por Jorge Rodríguez, Valeria Marmolejo, Diego García y Germán Álvarez

27 de noviembre de 2023

El panorama político de México 2023 - 2024 está siendo intervenido por múltiples factores tecnológicos, sociales y mediáticos que la democracia mexicana nunca había enfrentado. La estrategia de medios y el uso o rechazo de tecnologías como IAs definirá hacia donde ha de inclinarse la balanza en el próximo proceso electoral federal y local. 

En el contexto de las elecciones de 2024, existe una transformación de los medios de un contrapoder democrático a una entidad de poder. Esto implica que los medios y las redes sociales no sólo reflejan, sino que activamente moldean la realidad política. Según Ikram Antaki (2000), escritora méxico-siria, los medios modernos tienden a enfatizar la imagen y la emotividad sobre la sustancia y el contenido. 

La idea anterior sugiere que candidatos como los que hoy en día se postulan para “la grande”, como Claudia Sheinbaum, Xóchitl Gálvez y Samuel García, deben ser especialmente conscientes de cómo se presentan en los medios. La gestión de su imagen pública podría tener un impacto tan significativo en los votantes como sus políticas. "El nuevo poder destruye aquel 'contrato social' ponderado por los regímenes democráticos modernos." (Antaki, 2000)

La transición de los medios de un "contrapoder" a un "poder" se refiere a un cambio significativo en el papel y la influencia de los medios de comunicación y la política. Originalmente, los medios de comunicación se consideraban un "contrapoder" debido a su capacidad para ser vigilantes del gobierno y otras instituciones; cuestionando y criticando sus acciones para proteger el interés público. Esta función se basa en los principios de libertad de prensa y periodismo de investigación, donde los medios equilibran y delimitan el alcance de las entidades gubernamentales y corporativas, promoviendo así la transparencia y la responsabilidad.

Impacto y Retos en la Democracia y la Participación Ciudadana en la Era Digital

Las redes sociales son herramientas de doble filo. Por un lado, ofrecen a los candidatos una plataforma para comunicarse directamente con los votantes. Por otro lado, pueden distorsionar la realidad, propagar falsedades y exacerbar la polarización. Navegar este terreno requiere una estrategia de comunicación sofisticada y ética. El riesgo de desinformación es alto, especialmente en plataformas donde el contenido se comparte rápidamente sin verificación. Los candidatos y los medios deben esforzarse por mantener un alto nivel de integridad y transparencia, fact-checking y proporcionando fuentes confiables.

Al ser personajes públicos y políticos se enfrentan a una exposición masiva, la cual los obliga a ser precavidos en cada paso y palabra que dan, pierden el velo de la privacidad y terminan exponiendo su vida de forma muy íntima con las audiencias, con pocos o ningún filtro.

Alex Lora (izquierda) y Claudia Sheinbaum (derecha).

Según Antaki, la "democracia mediática" que emerge podría llevar a un escenario donde los votantes se basen más en percepciones mediáticas que en análisis políticos profundos. Esto plantea preguntas sobre la calidad de la democracia y la participación ciudadana informada. Si los votantes perciben que los candidatos no están comprometidos con la verdad, y si los medios se enfocan más en la narrativa que en la sustancia, podría surgir una crisis de confianza. Esto puede llevar a una apatía política, donde los ciudadanos se sienten desconectados o desilusionados con el proceso electoral.

Transformación de la Comunicación Política - Medios Tradicionales vs. Nuevos Medios

La evolución de las campañas ha evolucionado en la era digital, enfocándose en la rapidez y la “viralidad” en lugar de en el debate político sustancial. El impacto de influencers y celebridades en la política son el factor para alcanzar ese alcance como su imagen pública y opiniones en redes sociales influyen en la percepción pública de los candidatos.

Escena intensa y dramática en una sala de redacción, con periodistas enfocados en sus pantallas de computadora y pantallas de televisión en el fondo mostrando diferentes canales de noticias y feeds de redes sociales.

Mientras que la prensa escrita se adhiere a ciclos de noticias más lentos y métodos de distribución tradicionales, las redes sociales ofrecen una difusión instantánea y un alcance global. Los periódicos suelen brindar análisis más profundos y detallados, mientras que las redes sociales se centran en la rapidez e inmediatez, a menudo a costa de la profundidad y el contexto. La prensa escrita tiene un historial establecido de estándares periodísticos y verificación de hechos, mientras que las redes sociales enfrentan desafíos constantes con la desinformación por su informalidad e inmediatez.

Las redes sociales pueden reforzar las creencias existentes y crear cámaras de eco, limitando la exposición a puntos de vista divergentes, a su vez facilitan la movilización y el activismo, permitiendo a los votantes participar de manera más directa y visible en campañas políticas. Las campañas en redes sociales a menudo apelan a las emociones para generar un impacto más profundo y una conexión personal con los votantes, el contenido visual en redes sociales, como videos e imágenes, puede tener un impacto emocional más fuerte que los textos, influenciando la percepción y decisiones de los votantes.

"Pero los medios permanecen necesariamente en el nivel de la retórica encantadora que, con algo de arte, convence a los hombres tanto de una verdad como de su opuesto." (Ikram, 2000)

 

Representa de manera surrealista a una familia viendo un debate político en su sala de estar, riéndose influenciados por lo que están expectando.

El IA Chat GPT ofrece esta explicación sobre el fenómeno: existe una alta probabilidad de que las elecciones presidenciales de México en 2024  se vean afectadas negativamente por el papel predominante de las redes sociales y la potencial falta de honestidad de los candidatos. Las redes sociales, como fuente primaria de información para muchos votantes, tienen el poder de difundir rápidamente noticias falsas o engañosas. Esto complica la capacidad de los votantes para tomar decisiones informadas. Además, el contenido en estas plataformas a menudo apela a las emociones sobre los hechos objetivos, lo que puede exacerbar la polarización política.

Por otro lado, si los candidatos no mantienen un compromiso firme con la verdad, esto puede llevar a una crisis de credibilidad, minando la confianza en el proceso electoral y en las instituciones democráticas. La combinación de estos factores crea un entorno electoral donde la calidad de la democracia puede verse comprometida, y las decisiones de los votantes pueden estar más influenciadas por narrativas emotivas y desinformación que por un análisis crítico y objetivo de los hechos.

Representación de una escena urbana futurista al anochecer, destacando grandes vallas publicitarias digitales que muestran anuncios políticos y titulares de noticias.

En conclusión, la elección presidencial de México en 2024 podría degenerarse si los candidatos no mantienen una relación honesta con la verdad y los votantes consumen principalmente noticias a través de redes sociales audiovisuales. Este escenario fomenta la desinformación, la polarización y la formación de opiniones basadas en narrativas emotivas más que en hechos verificables. La influencia creciente de los medios y las redes sociales, que actúan como un poder más que un contrapoder, podría distorsionar la realidad política, afectando la calidad de la democracia y la toma de decisiones informadas de los votantes.

Referencias:

Antaki, I. (2000). Los medios. Editorial Planeta Mexicana