En una sociedad altamente digitalizada, las elecciones presidenciales en México 2024 parecen no sólo ser un acontecimiento político, sino un escenario donde convergen audiencias digitales. Todo ello crea lo que llamamos democracia artificial.
Se prevé que, en las elecciones del próximo año, se tomen decisiones a partir del uso de nuevas tecnologías que persuaden las emociones de los ciudadanos, como es el caso de la app TikTok. Esto se debe al impacto que tiene la tecnología en la esfera pública y la hiperconectividad generada a través de ello, que pueden influir en la creación de opiniones dentro de la población y por ende, en la participación ciudadana a la hora de elegir un presidente.
El AI Bard ofrece esta explicación al respecto sobre el fenómeno: “La falta de honestidad de los candidatos y el consumo de noticias a través de redes sociales podrían contribuir a una elección presidencial mexicana más polarizada y menos informada en 2024. Para evitar estas tendencias, es importante que los ciudadanos se informen de las noticias a través de fuentes diversas y contrastadas, y que los medios de comunicación desempeñen un papel activo en la verificación de la información”.
[Fotos creadas con Adobe Firefly]
Uno de los puntos más culminantes de la política son las elecciones, las cuales a veces causan grandes problemas en el país y en la sociedad. Aunque en muchas ocasiones a la mayoría del público parece no interesarles las elecciones, las campañas políticas se organizan de manera que parezca que están en juego los intereses de todos, y así lograr que la mayoría del público participe en ellas.
Este es el caso en la mayoría de las elecciones, principalmente en las presidenciales, cuando, desde meses antes, el tema comienza a convertirse en el centro de la conversación y en un tema que nos rodea y nos acompaña a diario en nuestra vida cotidiana. Nosotros como público nos convertimos en “víctimas”, o como se nos suele llamar de manera más aceptable, “targets”, de una ardua propaganda durante esos meses previos a las elecciones. Los diversos partidos políticos realizan una serie de acciones y estrategias, pocas veces creativas y originales, para atraer la atención del target y ganarse su confianza, y más adelante, su voto.
La antropóloga y escritora, Ikram Antaki, describe el suceso previo a las grandes elecciones, de la siguiente manera: "Las facciones multiplican su ardor, todas las pasiones artificiales que la imaginación puede crear, en un país feliz y tranquilo, se agitan entonces a la luz del día. Crece la demagogia. Para ser elegido, el candidato
se prosterna ante la mayoría de los electores y se adelanta a sus caprichos. Mientras más se acerca la fecha de la elección, más se dividen los ciudadanos, más se activan las intrigas: la nación entera cae en un estado febril”. (Antaki, I. p.7)
La Nueva Era de Campañas Políticas
Actualmente, los nuevos espacios digitales, como las redes sociales, se han convertido en plataformas claves para que los políticos y los partidos políticos se presenten ante un amplio y diverso público, el cual solo podría ser alcanzable a través del inmenso mundo del internet y de su accesibilidad que solo crece día con día.
Así como las redes sociales como TikTok, Instagram, X (Twitter), Facebook, permiten que los mensajes propagandísticos de los candidatos políticos alcancen a un amplio número de usuarios, también permiten que el público alcanzado pueda segmentarse en grupos, ya sea por edad, género, intereses, ubicación, etc. Lo cuál le facilita el trabajo a las mentes creativas detrás de las campañas políticas, quienes a partir de esa segmentación pueden entender mejor a su público target y pueden crear un mensaje mucho más específico y efectivo para ganar más seguidores, y por lo tanto el interés y, posteriormente, los votos de la gente.
En esta era digital, las plataformas sociales cuentan con herramientas digitales, que permiten que los usuarios realicen contenidos audiovisuales atractivos, que, realizados de la manera correcta, atraen un masiva cantidad de visualizaciones. Por lo tanto, en la política cada vez es más común que los partidos políticos y sus candidatos utilicen estas herramientas para crear su propio contenido llamativo y atraer las miradas del público, sin importarles que sea un contenido de alta calidad.
Cada vez es mucho más común que el contenido que los candidatos políticos hacen en las redes sociales, en especial en las redes más juveniles, como TikTok, no sea un contenido generalmente informativo, educativo o formal, sino que suelen crear videos de entretenimiento, de risa o incluso de auto burla. A los candidatos deja de importarles que su imagen sea bien vista, más bien les importa ganar visualizaciones e interés del público, ya sea buena, mala o de burla.
La Democracia Reinventada
Los candidatos a la presidencia en México para el próximo año, han diseñado estrategias para conectarse con el público de manera más informal y atractiva. Utilizan formatos de contenido multimedia para que sea breve el transmitir sus mensajes políticos.
Se ha creado una adaptación de los procesos democráticos a las dinámicas de medios actuales, especialmente aquellas impulsadas por la tecnología y las redes sociales.
A través de las distintas redes sociales comparten aspectos personales para humanizar su imagen, mostrando intereses, actividades cotidianas o incluso el sentido del humor. Cómo en el caso de Claudia Sheinbaum que se muestra cómo parte del pueblo para empatizar con la mayoría de la población mexicana, que tiene carencias y necesidades.
Publican contenido relevante para la audiencia joven, abordando temas de interés, como lo hace Samuel García y su esposa Mariana Rodríguez, que utilizan lenguaje y referencias joviales dentro de la plataforma.
Fomentan la participación mediante retos o interacción en redes para crear un sentido de comunidad.
Comparten información de manera “transparente” sobre políticas, iniciativas, e incluso lenguaje “popular”, como el caso de Xóchitl Galván, que ha buscado construir confianza o cercanía.
Lo que estamos presenciando en estas elecciones presidenciales es el uso de la demagogia, que implica manipular la retórica y la comunicación a través de los medios con el fin de ganar el apoyo popular. Apelando siempre a las emociones y prejuicios, más que a la razón.
Referencias:
Antaki, I. (s/f). La democracia y la demagogia. Campus Virtual. Maestría de Mercadotecnia y Publicidad.
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Renée Constanza Lara
Karla Paola Munguía
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