Las blusas bordadas no son una moda, es una tradición. La temporada de calor a  llegado a la Ciudad de México, por lo que es momento de...


Las blusas bordadas no son una moda, es una tradición. La temporada de calor a llegado a la Ciudad de México, por lo que es momento de sacar los shorts y las blusas de telas vaporosas, de colores brillantes, o con estampados. 




No existe en el mundo mejor prenda que se adecue a estas características que las blusas bordadas tradicionales de México. Las bordadas a mano, que nacen de los estados del suroeste de nuestro país, Oaxaca y Chiapas.

Existen tendencias que por ser una tendencia todos los años, pueden dejar de serlo y convertirse en un must en tu closet. Y es justo lo que pasa con las blusas bordadas mexicanas. Toda mujer, al menos en México, debería tener una de estas con ella.

Quítate de la cabeza que solo las hippies o las pachifresas usan las blusas bordadas, cualquier mujer que diga tener buen gusto debe de tener al menos una en su colección.

Usar una blusa bordada va mas allá de una moda, es sentirte patriótico; amar a tu país, su cultura, sus tradiciones, su gente. Cada vez que veamos a una mujer u hombre caminar orgullosos con estas hermosas prendas, sintamos junto a ellos ese cariño por México. Ayudemos a nuestra gente, hagamos que esta hermosa tendencia se vuelva una costumbre con los citadinos.  

                                                                       

                                     





La blusa es de origen mestizo propiamente y nace con la muerte de la cultura prehispánica de México. El tejido ya sea de manta o de algodón, son del corte que se acostumbraba antes de la llegada de los españoles, pero con bordados brillantes que recuerdan la influencia europea en el Nuevo Mundo.

Los estampados pueden ser de todo tipo de clase, desde aquellos geométricos, inspiradas en las grecas de las ruinas de Mitla en Oaxaca, o flores que remiten a las exuberantes selvas de Chiapas. Lo que es importante decir es que cada uno de los bordados está hechos pensando en un significado más allá de sólo decorativo. Muchos de ellos tienen un trasfondo sobre la naturaleza y las etapas de la vida.

Las prendas originales son aquellas que están hechas con las manos de las propias mujeres artesanas, que van susurrando de generación a generación los secretos para confeccionar verdaderas obras de arte. Piezas únicas e irrepetibles que deben de ser usadas con el orgullo necesario.

Los bordados son tan finos que la moda parisina los ha querido robar. Basta recordar como es que hace algunos meses cuando la casa de moda Isabel Marant, reprodujo los bordados típicos de los huipiles de Santa María Tlahuitoltepec, Oaxaca, en tres prendas de su colección primavera-verano 2015 de la línea Étoile.




La diferencia no puede ser más grande, el municipio de Santa María Tlahuitoltepec está en la sierra norte de Oaxaca, en la comunidad mixe, una zona que se ha caracterizado por estar aislada de otras comunidades. Sus diseños son bordados sencillos, a dos tonos, en tela de manta.

Mientras tanto Isabel Marant está establecida en París desde 1994 y con más de una docena de tiendas a lo largo de mundo, con su sello distintivo en prendas sencillas, cálidas y realistas.

Es así como una industria millonaria fija sus ojos en la sencillez de los bordados tradicionales mexicanos. Es momento de revalorarlos, usarlos y sacarlos a la calle.




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