“Los perros dejaron de ser mascotas. Ya no los vemos como un animal que sólo te acompaña, ahora es parte de la familia, queremos tener más perros que hijos”
Dice María mientras se ríe. Tiene un hijo de 25 años pero también tiene dos perras: Nina y Simona. Nina está acostada en el piso junto a sus pies y Simona está acostada en sus piernas. Si bien los perros siguen siendo mascotas y animales de compañía para muchas personas, para muchas otras son parte integral de su familia. Incluso, llegan a sustituir la figura de los hijos. A este fenómeno se le conoce como “perrhijos”.
“Tuve varios perros durante mi vida pero nunca los he visto de esa forma. Para mí son simplemente compañía. Sí los quiero y los trato de la mejor manera posible pero no diría que son mis hijos, para eso tengo hijjos”
Juan Trujillo tiene dos hijos y ha tenido distintas mascotas a lo largo de su vida, nunca se ha vinculado a ellas de una manera tan personal como para llamarles hijos pero sí los ha cuidado y querido. La popularidad de los perros ha crecido en los últimos años y esto ha creado distintas formas de cuidarlos. Desde los casos aún existentes de abuso y maltrato animal, pasando por las mascots que simplemente se tienen para acompañar o complacer a los niños llegando al extremo de las personas que prefieren tener perros a tener hijos.
“Es más barato, más tranquilo, menos complicado que tener un hijo”
María ha querido tener más hijos pero encontró en los perros una alternativa más barata y práctica. Aunque no siempre es tan accesible como se pensaría. La creciente información e interés por cuidar de mejor manera a los perros ha hecho que tiendas como Petco encuentren un marcado en nuestro país. Hasta hace cinco años la única opción era +kota. Pero poco a poco los perros han dejado de ser mascotas y se han convertido en familia. Esa familia debe ser cuidad de la mejor forma con alimentos adecuados, ropa, juguetes y camas. A pesar de contar con tantas cosas al alcance, los perrhijos siguen siendo menos costosos de mantener que los hijos. Aunque los gastos parecen dividirse de manera similar (veterinario en lugar de doctor, escuela de entrenamiento o paseador sustituyendo la escuela y pago de una pensión en lugar de vacaciones) los perrhijos son menos costosos y hasta cierto punto menos delicados”
“Me acuerdo que mi hijo se enfermaba a cada rato. Teníamos que ir al pediatra en la madrugada y era súper caro todo.”
La pérdida de un hijo parece algo que ningún padre debe afrontar pero con lo perrhijos es algo presente desde el principio. Los perros que más logran vivir alcanzan los 16 años, esto provoca que los dueños (o padres) se mentalicen para perder a un ser querido en un periodo corto de tiempo.
“No sé qué se sienta perder a un hijo pero con mi perrita anterior sufrí muchísimo. Todavía lloro por ella. Es que era mi compañía. Siempre estaba conmigo y pues fue muy difícil, como perder una parte de mí.”
Los perrhijos también representar una parte triste al final de sus vidas. Cuando sufren alguna enfermedad, sus tratamientos médicos pueden alcanzar precios muy altos. Además de que es más difícil diagnosticarlos porque son incapaces de comunicar qué están sintiendo. El cuidado depende completamente de los responsables. Esa responsabilidad resulta en un estrés similar al de un hijo.
“Yo no quiero aferrarme a ellos. Tuve dos perros en toda mi vida y me puso muy triste su muerte. No quiero más tristeza y por eso prefiero vivir solo. He pensado muchas veces en adoptar uno porque corro mucho y un perrito serviría de acompañante pero pienso en todo lo demás y prefiero irme a correr solo.”
Poco a poco se ha sembrado una idea de adopción alejada a la costumbre de comprar perros. Sigue existiendo esa parte, sobre todo porque existen razas que son difíciles de cruzar y sus precios se elevan a los miles de pesos. Pero también existe la parte en la que se busca dar lo mejor por un animal que no tiene a dónde ir.
“Adopté a mi otra perrita y ahora con Nina y Simona también las adopté. Se me hace feo que la gente venda a los pobres animalitos, porque eso no garantiza que tengan una buena vida o un buen cuidado. Si de por sí hay muchos perros en la calle, y todavía la gente anda comprando y cruzando perros para que haya más.”
La adopción de perros es la manera de darle a un animal una mejor vida que si estuvieran en la calle. Pero también significa una oportunidad de compañía para quiénes adoptan. Los perrhijos acompañan a las personas y devuelven ese cariño de distintas maneras. Para personas como María, que ya no tiene a su hijo todos los días con ella, los perros le dan la oportunidad de cuidar a alguien y recibir a cambio su compañía y su amor.
“Creo que es mi manera de regresar a ser mamá. Ahorita por tiempos y cosas no podría tener otro hijo, pero esto es como otra oportunidad de ser mamá, de cuidar y darle amor a alguien. Además de que me acompañan y hasta cierto punto me cuidan.”
Los perros dejaron de ser vistos por la mayoría como animales y se han convertido en una parte de la familia. Poco a poco la sociedad adapta parques, plazas y más cosas de la vida humana para que los perros puedan estar presentes en ella.
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