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Las 5 cosas que todo millennial que busca jubilarse debe saber

Por: Arantxa Delgado, Renata Cerda, Aline Jalak y Alberto Velasco Ponte a pensar: tienes 20 años, estás acabando la universidad y ...

Por: Arantxa Delgado, Renata Cerda, Aline Jalak y Alberto Velasco

Ponte a pensar: tienes 20 años, estás acabando la universidad y todavía tienes que trabajar 30 años más y conseguir un sueldo suficiente para poder jubilarte y disfrutar de la vida viajando y tomando margaritas en la cubierta de un crucero por el Caribe.

¡E-MER-GEN-CIA!


La realidad, es que los millennials somos una de las generaciones que mayor incertidumbre económica sufre. No sólo es el difícil panorama laboral, los bajos sueldos a los que al parecer estamos destinados, ni los factores macroeconómicos que en nada nos benefician. También es nuestra forma indiscriminada de gastar en pequeñas cosas, innecesarias e innumerables; nuestra falta de cultura financiera y del ahorro y el incesante sentimiento de querer ser independientes, emprendedores y trabajar por nuestra cuenta. 
Por eso, te compartimos 5 cosas que todo millennial que busca jubilarse debería de saber para planear desde su juventud y poner un poco de mayor orden en su vida. Si bien no tendremos los mismos beneficios que la generación de nuestros padres en cuanto al retiro, hay pequeñas acciones que podemos llevar a cabo para, desde YA, mejorar nuestra situación financiera.

1. Nuestros sueldos no son los mejores



Así es. Nuestra generación no es la de los empleados ricos. De acuerdo con cifras del INEGI, sólo el 13 por ciento de los jóvenes entre 20 y 30 años tiene un sueldo mayor a los 12 mil pesos, mientras que el 11 por ciento nos supera ni los 2 mil 400 pesos. Laura Bermúdez, licenciada en marketing con una maestría en el extranjero nos dice que “da igual cuantos estudios tengas, simplemente no le quieren pagar más a los jóvenes que no tienen experiencia. Yo tengo casi 26 años, con un sueldo de $12,000 con el que no fácilmente puedo independizarme”. Es por eso que la mayoría de nosotros busca emprender un negocio propio o nos es más cómodo (y rentable) trabajar como freelance, sacrificando el acceso a prestaciones que nuestros padres tanto valoran. 
Está bien, seamos freelance, trabajemos de forma independiente, pero que eso no haga que dejemos de pensar en el futuro. Recuerda: margaritas en el Caribe. Sólo invirtiendo nuestro dinero a largo plazo y bajo un esquema de ahorro voluntario donde, religiosamente, hagamos aportaciones como una obligación y no como lo-que-me-alcanzó-del-mes podremos disfrutar de un poco de tranquilidad en la vejez que tan lejano parece, pero no lo es. 

Da igual cuantos estudios tengas, simplemente no le quieren pagar más a los jóvenes que no tienen experiencia" - Laura Bermúdez 

 2. No tenemos idea de qué hacemos con nuestro dinero 



Aceptémoslo, nuestra educación financiera está por los suelos. Si no tenemos idea de cómo pagar impuestos ni cuándo tenemos que hacerlo, menos sabemos cómo tener inversiones sanas y una cartera diversificada. Según cifras de Price Waterhouse Cooper, 34% de los millennials no están satisfechos con su situación financiera, sin embargo, sólo el 24 por ciento de los encuestados demostró tener una educación financiera básica. Además, sólo el 36% contaba con una cuenta para el retiro. 

Tengamos claro que no es lo mismo ahorrar que invertir. Ahorrar es guardar parte de tu ingreso mensual para cualquier emergencia o situación, y se recomienda únicamente a corto plazo, pues nuestro dinero eventualmente pierde valor con la inflación. En cambio, invertir te permite generar ganancias para objetivos mayores  y a largo plazo. Lo importante es, como dicen los abuelos, “no poner todos los huevos en la misma canasta”. No invertir solamente en una cosa, sino repartir nuestro dinero en diferentes inversiones, con diferente nivel de riesgo. 

3. Vamos a rentar por el resto de nuestras vidas


Sí, está bien, es parte de lo que nos conforma como millennials. La capacidad de movernos de un lugar a otro y el sentimiento de libertad sin ataduras nos son muy llamativos. No obstante, ¿qué tanto estamos pensando en nuestra vejez?, ¿qué tanto podremos trabajar a los 75 años como para seguir pagando un departamento en la Condesa? De acuerdo con un estudio de Nielsen, comprar un inmuebles sólo es prioridad para el 22% de los millennials. Por su parte, la última Encuesta Nacional de Juventud, demostró que sólo el 4.2 por ciento de los jóvenes entre 20 y 29 años vive solo, mientras que cerca del 60 por ciento vive con alguno de sus dos padres o ambos. ¿Irónico no? Lo que más buscamos es la independencia y aún así, somos los menos independientes. ¿Es que no queremos vivir solos y comprar una casa o es que no podemos?

4. Somos adictos a los microgastos


Somos los típicos que tomamos Uber para dos cuadras, pedimos por Rappi el súper, compramos venti capuchinos diariamente y nos hicimos los mejores amigos de la señora de la tienda o la maquinita de papas. Todos estos, conocidos como “microgastos”, si los sumáramos e incluyéramos en nuestro ahorro para el retiro, nos haría los millennials más ricos del crucero en el Caribe. Tan sólo Ximena, estudiante de mercadotecnia, afirma que gasta cerca de $800 al mes en puro café y papas. Si con esto, Ximena hiciera aportaciones voluntarias a su ahorro para el retiro, en 20 años tendría $264,098.20, es decir, 330 veces la suma mensual de sus microgastos. 

En el caso de Fernanda, estudiante de comunicación y consumidora de tabaco, esta cifra se multiplica, pues tan sólo por la compra de cajetillas ($53), su gasto al mes es de $1,060. De nuevo, si esta fuera la aportación para su crucero de retiro, el monto final sería de $349,930.12. ¡Sólo de cigarros!




Planear un presupuesto a principio de mes, atenernos a él (obviamente) y anotar nuestros gastos son algunos hábitos que nos permiten controlar esta fuga de capital sin sentido. No quiere decir que ya no gastes en papitas de la máquina o algún café, puedes incluirlos en el presupuesto pero siendo consiente de lo que pretendes gastar en este rubro. 

5. Lit, tendremos que trabajar hasta morir



Seguro en los últimos días has pensado “ya me quiero jubilar”. Válido, muy válido. Nuestra generación, sin embargo, por cuestiones de las leyes actuales y el panorama económico, vemos cada vez más lejana esta posibilidad. Podemos imaginarnos perfecto de 85 años, sin dientes y con la piel colgando, yendo a la oficina o Starbucks de nuestra preferencia, abriendo nuestra laptop (esperemos ya haya algo más sofisticado) y esperando la quincena o depósito en nuestra cuenta bancaria. Es posible que sea lo que nos espera pero por eso, tomar acciones como las mencionadas desde esta edad previene que seamos esclavos del Excel y podamos disfrutar de nuestras ansiadas margaritas.

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