María José Rubio, Alexia Guindi, Cynthia Sasson, Alfredo Parker y Diego Vázquez Vela
Un café de Dosis Café, una comida en Sesame y un té en Casa Tassel fueron suficiente para acabarse mi presupuesto semanal, pero ahí insistieron los millennials y hipsters que eran mis mejores opciones para encontrar los alimentos ideales de un buen foodie. Después de hacer un par de encuestas en Facebook e Instagram confirmé que las colonias favoritas de estas tribus urbanas son: la Roma, la Condesa y la Cuauhtémoc, así como todos los restaurantes y cafés que las rodean.
El rechazo a Starbucks por la mala relación de calidad y precio, les ha costado mucho más de lo que creen a esta generación porque aunque un café americano podría ser uno de los gastos más indiferentes, demasiados flat whites y panqués de matcha no han sido la mejor decisión para su futuro.
Según un estudio de la revista Good Food de BBC los jóvenes que nacieron entre el 85 y el 95 son la generación que más gasta en comida y Raúl Fernandez, padre de tres hijos (de los cuales dos son millennials) lo confirma: “A veces regresan de comer con sus amigos y cuando les preguntó que a dónde fueron me sorprende muchísimo que me digan que van a restaurantes a los que yo voy en sólo juntas de trabajo muy importantes.” Cuando le preguntó por qué cree que esto sucede me responde que esta generación siempre ha vivido muy “cómoda” y “estable”, “ellos no han pasado por una crisis económica y lo han tenido todo, me preocupa que si un día pasa algo no estén preparados”.
En cambio Mariana, estudiante de la UP de Derecho, dice que “ahorita es el momento de disfrutar de estos caprichos” y nos platica que la parte favorita de su día es ir por su café. “La verdad siempre escojo mi ropa pensando en ese trayecto de mi coche al café y del café al trabajo, se me ha hecho como un ritual que me encanta en mi día.” Su café diario le cuesta $55 y como 3 veces a la semana se compra también un pain au chocolat que le suma $30 a su cuenta. Si hacemos la ecuación eso resulta en ¡$1.360 al mes! (de sólo café y pan) y todos sabemos que Mariana no es la única.
Un vistazo a Instagram y todos los perfiles con más de 1.000 seguidores tienen MÍNIMO cinco publicaciones relacionadas con comida, café a la foodie, los favoritos son: acaí bowl ($100-$190), avocado toast ($150-$200), cualquier cosa de matcha ($70-$200), smoothies ($75-$100), sushi ($200-$300) y ramen ($200-$300). Más o menos así se ven los platillos favoritos de los millennials y en general se gastan una cuenta de entre $250 y $500 (por persona) dos o tres veces cada FIN DE SEMANA (y olvídense si van al Sens, güey).
Echa un vistazo a uno de los Instagrams de foodie más famosos entre esta generación:
https://www.instagram.com/foodandpleasure_/
A pesar de creencias contrarias, los millennials sí sienten presión por las expectativas que las generaciones anteriores han inculcado en ellos, “a esta edad mis papás ya estaban casados, tenían su propia casa y hasta un hijo”, me comparte Manuel de 28 años mientras nos sentamos frente a frente en una mesita en Casa Tassel. Cuando le platiqué la hipótesis de mi reportaje inmediatamente me confesó que todos los meses se promete a sí mismo ahorrar un 15% de su sueldo para el futuro y que nunca lo logra, “siempre hay un concierto, un cumpleaños y muchas cenas a las que no quiero faltar y pues, se me va el mes…”
Es cierto, a esta edad muchos de nuestros padres ya eran económicamente independientes, estables y hasta tenían un plan de ahorros para pagarle la universidad a sus hijos y lograr retirarse cómodamente. “Mi plan siempre ha sido retirarme a los 65 (ya que todos mis hijos hayan terminado la universidad) y para entonces mis ahorros para el retiro me van a dejar vivir muy cómodo el resto de mi vida” me dice mi papá cuando le pregunto sobre su retiro. En cambio, las estadísticas prevén que nuestra generación va a poder retirarse hasta los 85 si empezamos a ahorrar YA.
Los millennials están tan preocupados por vivir y gozar el presente que ni siquiera están pensando en las terribles consecuencias que esto podría provocar, el hecho de no ahorrar para un futuro va a resultar en uno catastrófico. Ignorando la parte de que podremos, en resultado, independizarnos al 100% mucho más tarde de lo esperado, podremos formar una familia (de 2-3 hijos) hasta los finales de los 30, principios de los 40 si esta generación sigue así le va a ser mucho más difícil alcanzar la vida que se propone y que espera. Vivirán endeudados gran parte de sus vidas y no tendrán un retiro digno, ni a la edad deseada.
El problema es que, por alguna razón, esta generación no trae el chip de ahorrar incluido, realmente les cuesta mucho trabajo sacrificar el “café de autor” y los platillos exóticos (o no tanto) y demostrárselo al mundo. Una teoría es una parecida a por qué es tan difícil hacer una dieta: la gratificación instantánea. Según un estudio de la universidad de Princeton nuestro cerebro está divido en dos partes: una asociada a las emociones y otra al razonamiento abstracto.
Como habrás descifrado la parte de las emociones responde positivamente a las gratificaciones instantáneas, es también ese lado que te impulsa a escoger la pizza sobre la ensalada y a ir a cenar sushi con tus amigas sobre ahorrar. En cambio, el lado izquierdo luchará por aquella opción que dará más beneficios a largo plazo que resultarán en una gratificación más grande, pero está científicamente comprobado que nuestros impulsos suelen ser más fuertes por lo que nos comeremos la pasta e iremos a cenar sushi.
Si crees que sufres de este fenómeno, aquí un link con 5 tips para ayudar a tu lado izquierdo:
Los millennials son, para muchos, la generación más afortunada, pero creo que viendo las predicciones del futuro esta opinión debe de cambiar: no es cierto que la tienen más fácil que todas las generaciones anteriores, podrán haber esquivado algunos obstáculos, pero se toparon con otros propios que también les dificultará el futuro.
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