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  Por: Mariana Ramírez, Andrea Morlote, y Julia Arena. En Méxio sólo 2 de cada 10 comediantes son mujeres. Standuperas mexicanas reciben men...

 



Por: Mariana Ramírez, Andrea Morlote, y Julia Arena.
  • En Méxio sólo 2 de cada 10 comediantes son mujeres.
  • Standuperas mexicanas reciben menos tolerancia por parte del público ante controversias generadas, sus vidas personales, decisiones en su carrera y el material con el que trabajan
  • Las comediantes se adueñan de su femineidad y de los temas que se les “prohíben”, que se les critican.

El género de comedia en vivo denominado "Stand up" ha ido creciendo en popularidad cada vez más en México. Tratándose de un novedoso formato de comedia que tiene menos de 10 años creciendo, el gremio standupero ha logrado dar pequeños pasos con grandes resultados para adentrarse en el mundo del entretenimiento mexicano.

No obstante, al tratarse de una comunidad en temprano desarrollo, los standuperos mexicanos se han enfrentado a un espacio aún inexplorado que se encuentra todavía en construcción si lo comparamos con otras escenas de la comedia, como la de Estados Unidos, que lleva más de 50 años gestándose y que ya se encuentra bien establecida.

Esta novedad trae consigo diversos conflictos actuales como el uso de material sensible con el cual hacer comedia políticamente incorrecta, y sobre todo, el rechazo a la integración del sector femenino dentro de este gremio. 

Si hacemos una búsqueda rápida de los standuperos más importantes o famosos en México existe una constante: sólo dos de una lista de diez comediantes son mujeres. Es un hecho que para una mujer es más difícil triunfar en estas escenas dominadas principalmente por hombres

De esta forma, hacer comedia en 2020 con la cultura de la cancelación y de lo políticamente correcto es cada vez más difícil, por lo que múltiples standuperos mexicanos se han visto envueltos en polémicas generadas, principalmente en Twitter, por las críticas sociales que los creadores hacen por medio de su comedia o por chistes inadecuados para dicha situación. Tal fue el caso de Ricardo O’Farril en un show en el que hizo un chiste que apuntaba hacia el tema de pedofilia.

El video no tardó en llegar a sus redes sociales y a popularizarse por medio del trending topic #RichieOfarrilPedofilo, habiendo quienes lo atacaban y cancelaban, y quienes lo defendían a capa y espada. Esta fue la respuesta del comediante y tiempo después “las aguas se calmaron”.

Sin embargo, cuando una de las standuperas mexicanas más reconocidas del momento, Sofía Niño de Rivera, se adentró también en una controversia por un chiste de su especial de Netflix, los resultados fueron muy distintos. El chiste de la comediante ofendió a diversos habitantes de Chihuahua puesto que hablaba sobre lo desactualizado que es el estado, refiriéndose a sus costumbres donde diversas actitudes machistas son muy comúnmente aceptadas y es perfectamente normal que las mujeres se casen y tengan hijos desde muy jóvenes.

El caso no tardó en hacerse popular volviéndose tendencia en Twitter también, pero esta vez la comediante recibió amenazas de muerte comprometiendo su seguridad en el show que estaba próxima a dar en Chihuahua y ocasionando la cancelación del mismo.    

Como este caso, existen otros varios donde standuperas mexicanas reciben menos tolerancia por parte del público ante controversias generadas, sus vidas personales, decisiones en su carrera y el material con el que trabajan; siendo esto último una muestra muy clara del control que se intenta ejercer sobre la voz femenina en la comedia mexicana.

Es decir, es común que sea parte de la discusión el tabú de qué tan correcto o no es para una mujer hablar de temas femeninos explícitos, como la menstruación o la sexualidad. Como si una parte de los espectadores promedio forzara a las comediantes a adoptar una personalidad masculina para poder ser parte del gremio.


Dentro del stand up pareciera que no se le toma tan en serio a las mujeres o que su comedia valiera menos por serlo. Esto se ve reflejado en casos como el del programa del famoso comediante Franco Escamilla, “Gatada de Vatos” un programa de comedia en formato de roast donde el objetivo es hacer chistes del otro comediante. En la batalla entre Richard Villa y Monica Escobedo fuera de chistes sólo hubo groserías e insultos hacia Monica:
A todos nos movió algo dentro. No nos van a dejar de decir putas porque esa palabra nos la dicen a las mujeres desde chavitas cuando nos quieren desprestigiar... Yo creo que más bien se va a ir por el lado del respeto porque lo que hizo ese señor fue una falta de respeto a la comedia, al público, al roast, al sentido común. dijo Monica en una entrevista.



Este tipo de comportamientos ha obligado a las comediantes a formar alianzas, shows y colectivos únicamente de mujeres como lo son el Comedy Fem Fest, Las mujeres no dan risa, Standuperras, etc. Paty Bacelis, otra reconocida comediante, habla sobre estas iniciativas en el podcast Toma 1:

“Empezaron a impulsarnos y hacernos notar. A levantar y decir miren aquí estamos, sí habemos mujeres chistosas, porque ese es otro estigma que tenemos, que las mujeres no somos chistosas. Eso es algo que dicen que está científicamente comprobado. La mayoría de las personas que no les gusta ver mujeres es porque traen eso en su cabeza”.

De cierta forma, las comediantes se adueñan de su femineidad y de los temas que se les “prohíben”, que se les critican. Esto da lugar a que, por ejemplo, Alexis de Anda hable sobre squirting (eyaculación femenina) libremente y como si fuera lo más normal --porque lo es y ya pasaron muchos años de Sex and the City como para que no podamos hablar de esos temas-- en La culpa es de la Malinche, un programa que lleva unos meses en el aire en el canal Comedy Central (lo pueden encontrar en YouTube).

La crítica hacia las mujeres comediantes, precisamente a lo que se refiere Bacelis, las alimenta, las nutre, y la comedia que hacen es una manera de resistencia y de reinventarse, e incluso de probar que sí son todo lo que dicen ser, y que la menstruación puede ser chistosa.




Como decíamos, La culpa de la Malinche está disponible en YouTube. En los comentarios de uno de sus capítulos vemos opiniones muy variadas, desde saludos desde Costa Rica y qué risa me dan, hasta gente diciendo que el feminismo de Alexis es lo más forzado, que La Bea se veía más bonita con el cabello largo, que Vero es pura tentación y “otro día sin ser el brassier de Verónica Toussaint”.


Estos comentarios no son sobre su comedia, en su mayoría son sobre su físico, lo cual nos lleva a una pregunta inevitable: ¿para ser mujer comediante, se necesita un físico específico? ¿Y si al público no le parece atractiva? ¿Y si solo vale por su físico y no por su comedia? 

Es súper importante que nos cuestionemos estas conductas y prejuicios, ya que, de principio, afectan directamente a la vida de una persona (en realidad, muchas) que ni conocemos. Tenemos que denunciar, sororar y aprender a discernir entre un estereotipo y la realidad, y juzgar con argumentos válidos y no con “como es mujer no es chistosa”. Y como mujeres, debemos apoyarnos las unas a otras y crecer de manera colectiva, y también valorar el tener espacios en los que podamos hablar de temas que hace tan solo unos años teníamos casi prohibidos, para así hacerlos más cotidianos y aceptados. (1182)

#economía sexual #mujeres #comediantes

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