ANA FERNANDA GARDUÑO
MARÍA FLORES CORDERO
SANTIAGO AMPUDIA TÉLLEZ
Hoy en día, Cambridge Analytica se ha vuelto popularmente infame.
Con su sede en Londres, esta compañía inglesa, controlada por la mano de Robert Mercer, se trata
simplemente de una compañía desarrolladora de tecnologías digitales y a recolectar big data. Sin embargo, de entre los cientos de compañías similares que se dedican a hacer las mismas cosas, Cambridge Analytica era especial: pues gracias a ella se ganaron unas de las elecciones más devastadoras para los Estados Unidos y logramos darnos cuenta de los terribles límites a los que están llegando las tecnologías digitales.
Todo empezaba con un post de facebook de un link a un quiz de personalidad, como los que todos hacemos a diario en páginas como Buzzfeed, Quotev u otros sitios. Sin embargo, como con muchas técnicas de phishing, lo que en realidad hacía el link era recopilar datos de los usuarios de facebook para crear perfiles psicométricos y psicológicos de sus gustos, opiniones, personalidad y afiliación política; perfiles que luego eran utilizados y sesgados por inteligencias artificiales que posteriormente creaban anuncios políticos personalizados en los que el candidato que pagó por la publicidad (Donald Trump en este caso), podría anunciarse de manera personalizada a los usuarios hablando de los problemas que le preocupaban en particular.
A pesar de que ahí fuera hay más compañías que usan estrategias tecnológicas cuestionables, como las de Cambridge Analytica que no conocemos, aún en día su cierre representa tanto un alivio como una advertencia para otros países con situaciones políticas polarizadas como es el Reino Unido (en cuyas elecciones también se involucró Cambridge Analytica), Brasil...e incluso México.
Aunque las elecciones presidenciales en México se celebraron el mismo año que cerró la empresa de tecnologías, siempre existió de manera latente en el país la pregunta de qué hubiera pasado si Cambridge Analytica hubiese intervenido en las elecciones presidenciales de México.
En nuestro país hemos tenido problemas con software ilegal e intrusivo para interceder en cuestiones políticas o sociales como fue el caso de varios periodistas siendo atacados por el spyware Pegasus, que supuestamente se extendió hasta 2019.
Así es, reyes, activistas, empresarios y civiles muchos fueron víctimas de Pegasus, pero en México se cree que la presencia de esta “empresa” fue el método con el cual el gobierno del país se acercó a periodistas para asesinarlos. Pero antes de adelantarnos, tenemos que entender cómo es que Pegasus opera.
El “malware” funciona a través de contenido engañoso, al darle click a este contenido, se descarga un virus informático que se instala en el celular, comprometiendo así, toda la información del usuario.
Todo se desencadenó tras el asesinato del reconocido periodista sinaloense, Javier Valdés, quién adquirió fama mundial por sus controversiales publicaciones sobre el narcotráfico en México. Cuando Valdés muere, la indignación del periodista mexicano se intensifica y Article 19 (institución defensora de los periodistas latinoamericanos) en conjunto con Citizen Lab sacaron días después del suceso, un informe en el que se confirmaba que dos periodistas compañeros de Javier sufrieron ataques de Pegasus.
Esto resultó en diversas denuncias públicas al gobierno de Enrique Peña Nieto, pues Pegasus era un “proveedor” de ellos y se comprobó que meses después de este incidente, siguieron operando en conjunto.
Lo perverso de este modo de operar del gobierno en turno anterior, es que a pesar de las denuncias y la información (que se encuentra al alcance de quién busque) que salieron a la luz, nada se ha resuleto, el caso del asesinato de Javier Valdés se le atribuyó a la organización encabezada por el “Chapo” Guzmán, sin embargo, todo apunta a que de una forma u otra el gobierno tuvo algo que ver.
Distintas instituciones mundiales siguen investigando el caso de Pegasus y del Estado mexicano y esperemos pronto que se haga justicia por todos los afectados, pues si de por si la situación en México para los periodistas es difícil, más con este tipo de ataques que causan que ya no puedan tener ni un solo lugar seguro para ejercer su profesión de una manera libre y adecuada.
En un caso más reciente, en mayo de este catastrófico 2020 Animal Político enfrentó un ataque informático y el mismo periódico denunció los hechos ante la FGR, para dar con los responsables. Según Daniel Moreno, Director General de la plataforma en dicho mes, 5 ataques fueron registrados, sin embargo la Fiscalía General de la República no ha resuelto nada y el caso no fue tan conocido entre la población en general.
El portal siempre se ha caracterizado por ser “incómodo” para el gobierno en general, ellos fueron los que sacaron el reportaje de la Estafa Maestra, proyecto que les bastó para llevarse un amplio número de premios periodísticos, entre ellos, el Premio Nacional de Periodismo y actualmente es uno de los medios más importantes de México en cuestión de compartir información veraz y políticamente incómoda.
Animal Político se ha convertido en el sitio más serio en investigación y ahora es víctima de estos ataques. Ataques que pasan desapercibidos por una buena parte de la población pues la formación y educación en tecnología es escasa y deja mucho que desear en general.
¿Qué están investigando?, ¿Quién los ataca?, ¿Es el gobierno o el narco? (si es que hay diferencia)
Podríamos extender este caso a cientos de miles de palabras, pero creo que no nos debemos desviar del tema que nos acata, el mal uso de nuestra información en redes sociales. Desafortunadamente, somos nuevos en estas tecnologías, no conocemos a ciencia cierta cuánta información de nuestra privacidad se trafica y peor, en manos de quién queda.
Debemos de reflexionar sobre las políticas que aceptamos al entrar a cualquier plataforma, desde el juego de facebook que te dice que si fueras un animal serías un pingüino, hasta cuando haces una investigación en tu buscador favorito. Por las mismas razones, es importante informarnos y aprender aunque sea un poco sobre informática, datos y tecnología y ser capaces de tomar las decisiones online que nos acomoden por nosotros mismos.
Otra tarea que tenemos que darnos es cuestionarnos. Cuestionarnos por qué el gobierno vigila a los periodistas, qué es lo que no quieren que sepamos, a quién más vigila el gobierno, cómo evitamos ser vigilados, cuál es el costo de aceptar ser vigilado, etcétera.Hoy en día mucha gente se contenta con dar sus datos a aplicaciones, redes sociales y otros organismos pues con tanta información disponible y con la creencia de que “ya nada es privado” se le ha restado importancia a la seguridad. Sin embargo, es de vital importancia el cuestionarnos, el darnos cuenta de que nuestra información es valiosa y el hacer lo posible para protegerla dentro de lo que cabe.
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