https://blogger.googleusercontent.com/img/proxy/AVvXsEgnlho_GuVFGIix0Jd_DXQd7KEgmQcWEdqw7EgTyy4l0ZWf-CfAwqLgSI0V6uqAzZZjCJaSIfeSzRlZtwwdJYnaEX6g9AT7AS9Q743ZpjCkGpxObXV8cP2F0udcDC46xnBBZwxjYxdSnQBPFBd6hl88VFO8NnvtcInPDFIs=s72-w604-c-h340

1984 en 2020: Terrace House

Terrace House es lo que sale si juntamos el binge watching y Big Brother Es súper relevante en Japón porque están pasando—y así llevan por...


Terrace House es lo que sale si juntamos el binge watching y Big Brother

Es súper relevante en Japón porque están pasando—y así llevan por un rato—por una crisis en la que los jóvenes no se conocen entre sí, no tienen pareja, no se casan y no tienen hijos. Es, de manera muy literal, una crisis económica, política y social. Entonces, en este reality vemos cómo jóvenes se conocen, coquetean y forman parejas, y algunos incluso mencionan en el primer episodio que la razón por la que decidieron participar en el programa es porque querían conocer a alguien.


Esto se ha vuelto, como dicen los estadounidenses, too close to home durante este 2020. ¿Cómo conocemos a alguien si no podemos ir a los lugares en los que típicamente conoceríamos gente? Y no hablo solo sobre parejas sentimentales, sino también amigos, colegas, profesoras—incluso personas que nos caen mal. ¿Y cómo remediarlo? Para empezar, viviendo vicariamente, a través de los personajes—sí, personajes. Nada en la tele es real—, que conocen gente, se pelean, se enamoran, se todo.


Y también el poder ver esto, que como decía es la versión más nueva de Big Brother, dando por hecho que son personas como tú, lector, y yo, con miedos, defectos y demás, y sentir que vivimos a través de ellos, quizás hace que la situación sea un poco más manejable. Siendo honestos, más que vivir sus vidas ficticias, los juzgamos, y lo hacemos más fácilmente porque se supone que son personas “reales”, ergo, es más fácil relacionarnos con ellas.



En realidad, el programa está pensado para que juzguemos así. Los comentadores que salen cada cierto tiempo cara comerse vivos a los participantes funcionan como El Partido de 1984, y nosotros como espectadores tenemos el mismo papel, el de formar juicios sin mayor fundamento que, pues, es lo que encontré en Netflix.


De manera amplia, los realities son, siempre, una versión de Big Brother. Keeping Up With the Kardashians tiene un único fin: que juzguemos. Terrace House no es la excepción.

No comments:

Post a Comment