#MeToo: el movimiento social que nos hizo despertar y despertarlos mediante la tecnología.
Luis A. Mendoza
Ma. Fernanda Duvallón
Activismo social y tecnología
Desde las primeras transferencias de información a través del fax, hasta lo que hoy conocemos como un tweet o un post en Facebook, la tecnología juega un rol destacable en el ámbito político y de activismo social . Los medios tecnológicos ya no fungen únicamente como las plataformas en donde se propicia la discusión entre diferentes posturas y puntos de vista, sino que también, permite la generación, desarrollo y ejecución de movimientos sociales e intelectuales llevados a la praxis. No obstante, así como las herramientas de las que hemos estado hablado evolucionan dependiendo al transcurso del tiempo y a la satisfacción de nuevas demandas y necesidades, el concepto de empoderamiento (aplicado al activismo social), también permuta.
Continuando con el rol de la tecnología pertinente en el ámbito social, encontramos vertientes en los nuevos y revolucionarios inventos que sin duda alguna nos exponen con nuestros círculos sociales de manera más cruda. Ahora la tecnología no favorece/perjudica a las supremacías o a los altos mandos administrativos únicamente, sino que los dispositivos con los que nos desenvolvemos en la cotidianidad y a los que les otorgamos un valor de dependencia y necesidad, están logrando que conectemos y penetremos en vidas ajenas en nuestros nichos sociales cercanos. No es una sorpresa que en una época donde la tecnología forma parte de nuestra vida cotidiana la información nos llegue en cuestión de segundos.
La viralidad en sí marca un antes y un después en la vida de cada individuo que posee redes sociales; y es que ya no sólo se trata de un virus que ataca a un ser vivo y que se expande para dejar rastro en el cuerpo de una persona, sino que se ha mudado a la dimensión virtual en donde cualquier cosa puede propagarse como la pólvora en cuestión de segundos.
De acuerdo con Nestor Fernández:
Las redes sociales en Internet, son esquemas que permiten a los individuos atender un punto de interés común para compartir contenidos en diversos formatos de comunicación y establecer relaciones interpersonales. Su peculiaridad es la posibilidad de comunicación por medio de la red de redes (2013).
“La red de redes”, sí. Aquella red que contiene múltiples esferas interconectadas unas con otras, la que le permitió al mundo entero escuchar de distintos movimientos feministas.
Movimiento #MeToo
Una vez que nos adentramos y entendimos el rol de las plataformas sociales y el impacto que estas tienen a la hora de replicar ideologías o corrientes sociales arrastradas, suena pertinente traer a la mesa uno de los movimientos sociales que además de que ha sido de los más trascendentales, también llegó para quedarse.
No debemos pasar por alto el constructo base por el cual este movimiento se rige y que consiste en una serie de denuncias por el grupo femenino dirigida al sector masculino debido a acusaciones que tienen que ver con agresiones físicas, sexuales, de género y acoso. Yuriria Ávila, colaboradora del medio informativo Animal Político, pone en palabras que el movimiento “Me Too” o, “Yo También”, en español, surge aproximadamente en el 2007 gracias a la activista estadounidense Tarana Burke que buscaba atender a los testimonios de mujeres pertenecientes a comunidades marginadas y que hayan sido víctimas de algún tipo de violencia sexual.
“Según relató la activista, cuando trabajaba en un refugio de jóvenes una chica de 13 años le platicó que era abusada sexualmente por su padrastro. A la mitad de la historia, Burke la interrumpió y la dirigió con alguien más. La joven nunca regresó al refugio.
Burke lamentó no haber sido capaz de compartir con la chica que ella también fue abusada y decirle “Me too”. Así, la activista decidió crear una red de acompañamiento legal para casos de violencia sexual. El movimiento comenzó con una página en MySpace y más tarde obtuvo su primer financiamiento en 2007. La organización aún existe y atiende casos a lo largo de Estados Unidos” (Ávila, Y. 2019).
Fue hasta el 2017 cuando este movimiento volvió a capturar la atención de la opinión pública luego de que el periódico informativo “The new York Times” en EE.UU. publicó una pieza periodística en donde se narraba a profundidad los testimonios por parte de diferentes actrices, modelos y diferentes miembros del mundo de la publicidad y el entretenimiento que acusaban el acoso y la agresión sexual que el productor cinematográfico Harvey Weinstein ejerció por más de 30 años (Ávila, Y. 2019).
El movimiento #MeToo además de que se ha diversificado a lo largo de los años, también se expandió a nivel global a tal grado que México también se sumó. A la par de las denuncias a Weinstein, la actriz con orígenes mexicanos Karla Souza admitió en una entrevista que durante todos sus inicios de su carrera artística, fue acosada sexual constantemente y por ello decidió abandonar el país para ejercer su carrera como actriz en los Estados Unidos. De acuerdo con Animal Político (2019), algunas otras celebridades mexicanas que se han unido a las denuncias son las siguientes:
Dulce María
Kate del Castillo
Alejandra Ávalos
Todo el mundo a una sola voz
Video aquí
“Y la culpa no era mía, ni dónde estaba, ni cómo vestía”... una frase que resulta familiar y que forma parte de una canción que cambió la manera de ver a las mujeres en México o América Latina sino también alrededor de todo el globo terráqueo.
Fue en Chile, el año 2019, que un grupo de activistas le dio vida a uno de los performances políticos y sociales más emblemáticos de la historia del feminismo: Un violador en tu camino, que fue presentado en el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. El colectivo detrás de todo este movimiento se hace llamar La Tesis y es conformado por cuatro mujeres: Dafne Valdés, Paula Cometa, Sibila Sotomayor y Lea Cáceres, quienes, según la revista Times, forman parte de las personas más influyentes del 2020. Esto es sin duda gracias al fenómeno mediático que a través de las redes sociales tuvo lugar a través de la voz alzada de miles de mujeres en internet, donde México no fue la excepción.
Podemos decir entonces, que la tecnología le dio voz a aquellas personas que estaban silenciadas y le dio más poder a las mujeres que deciden formar parte del movimiento feminista para dejar de callar ante las injusticias políticas y sociales que se viven en el mundo entero. En México, fue el parteaguas para visibilizar aún más el problema de desaparición forzada que se vive día tras día y por el cual miles de mujeres viven con miedo.
Fuentes:
Ávila, Y. “¿Cómo surgió el movimiento Me Too y cómo revivió en México?”. Animal Político. (2019). Disponible en: https://www.animalpolitico.com/elsabueso/como-surgio-el-movimiento-me-too-y-como-revivio-en-mexico/
Fernández, N. (2013). Trastornos de conducta y redes sociales en internet. Salud mental, 36, 521-527.
s.a. Las Tesis sobre Un Violador en tu Camino: "Se nos escapó de las manos y lo hermoso es que fue apropiado por otras". (El País, 2019)
Heimans, J. 2014. Jeremy Heimans: What new power looks like [Video]. Disponible en: htps://www.ted.com/talks/jeremy_heimans_what_new_power_looks_like
(1323 palabras)
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