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Toda la vida nos han hablado de democracia. Desde chicos nos enseñaron que un estado en un sistema político democrático es un estado libre, ...

Toda la vida nos han hablado de democracia. Desde chicos nos enseñaron que un estado en un sistema político democrático es un estado libre, que la democracia te acerca a tus líderes y que te ofrece un lugar en el que tu voz puede ser escuchada y tu opinión cuenta…pero, ¿realmente hemos analizado la evolución de éste sistema?.


La democracia

Según la Real Academia de la Lengua Española (RAE), la democracia es un sistema político en el cual la soberanía reside en el pueblo, que la ejerce directamente o por medio de representantes.


Ikram Antaki (maestra, antropóloga y escritora Siria), en su ensayo “Manual del Ciudadano Contemporáneo” menciona que los griegos afirmaban que a los tres niveles del discurso – demostrativo, dialéctico y retórico – corresponden tres categorías de hombres: 

  1. Aquellos (pocos numerosos) capaces de acceder al conocimiento demostrativo; 
  2. un grupo mayor de hombres que, sin certidumbres autenticas, aceptan u ofrecen varias soluciones posibles para cada interrogante (procedimiento común del discurso dialéctico); 
  3. y aquel conjunto de individuos (la gran mayoría) a los que se dirige el discurso retórico. 


En esta misma línea Antaki comentaba que la democratización de la información se da siempre en un nivel bajo; uno más alto excluye necesariamente a la mayoría de los individuos y es, por ende, no democrático. Expresado en otras palabras, y de acuerdo con las reglas del discurso aristotélico referido por Strauss, la demostración es accesible para unos cuantos, la dialéctica para muchos y la retórica para todo el mundo. 


Para un ciudadano promedio, la idea de la democracia puede ser muy romántica, motivadora y hasta empoderadora; sin embargo, para gobiernos antiguos como lo fue el griego, la democracia implicaba una pérdida de poder y control. Ceder tu mando al pueblo, incapaz y poco educado en su mayoría. Para ellos, el sistema ideal de gobierno era el de República en donde únicamente los que “saben” gobernar lo hacen, y no corren el riesgo de caer en una democracia populista en donde la masa empieza a tomar las decisiones. 







Los medios 

Parece que fue ayer cuando se inventó el primer teléfono, cuando salió el primer periódico o incluso cuando sintonizamos la primer estación de radio. En un abrir y cerrar de ojos, la tecnología y los medios han evolucionado de manera inimaginable logrando que la conectividad llegue a cada rincón del mundo (o bueno, a casi cada rincón). 


Aún con todo este progreso tecnológico parece que sólo hemos tenido un avance de forma y no de fondo, ya que los medios siguen siendo el canal por excelencia de manipulación de las masas y obtención de poder / credibilidad para cualquier gobernador o político. Su fin último siendo siempre tener la máxima popularidad posible para que eso se traduzca en la máxima cantidad posible de votos y a su vez en el máximo control posible sobre la sociedad o la población a la que se estén dirigiendo. 


Los medios masivos, según Antaki, sólo buscan repercusiones inmediatas, efectos instantáneos, que apelen a las zonas del instinto y de las pasiones, que suscitan una cercanía emotiva. Es el triunfo de lo momentáneo, de los efímero y lo desechable.


Hoy en día hay más comunicación que información. No nos da tiempo de procesar lo que decimos o lo que nos dicen. En un abrir y cerrar de ojos ya tenemos otra nota, meme, artículo o chisme disponible. Lo que ha hecho que no procesemos y sólo actuemos… en consecuencia, la exigencia de los medios de comunicación baja, su credibilidad también y aparecen las famosas fake news mucho más frecuentemente de lo que lo hacían antes. 


Algo que podría ser muy bueno, como tener información rápida y veraz al alcance de tu mano, poco a poco se vuelve más complicado. Somos muy poco críticos y muy fáciles de engañar, lo que hace que los políticos y los medios se aprovechen de la información para plantares las ideas que los quieran o necesiten en el momento y que nosotros no nos molestemos en cuestionarnos si está bien o mal, si es correcto o no, si realmente pasó o no, si es actual o “reciclada, si están queriendo tapar algún otro suceso con esa noticia, etc. 


Hemos depositado una confianza ciega en los medios y nos olvidamos de que nos estamos convirtiendo, cada vez más, en sus títeres. Las redes sociales su vez, han dado cabida a muchos linchamientos digitales y mucho fanatismo político “sembrado”. 


Hoy por hoy, da más miedo ser periodista que narcotraficante en México. Da miedo tener información verdadera que pueda, o no, lastimar la imagen de alguien en poder. En palabras de Antaki: “lo que importa no es la veracidad de lo dicho, sino el hecho de que haya afectado la buena fama de una persona”. 





Democracia a “mediocracia” 


Con todo lo anterior en mente, habiendo recorrido lo que es la democracia y el poder actual de los medios en la sociedad y en la política, sólo nos queda cuestionarnos: si los medios han llegado al punto en el que dictan la agenda pública y en consecuencia moldean nuestra opinión, entonces nos damos cuenta que aunque creamos que lo sabemos todo, sólo sabemos lo que los medios quieren que sepamos. 


Bajo la lógica y la propuesta de Antaki ya no vivimos en democracia, más bien estamos en una Mediocracia. Es decir, se hace lo que se dice en los medios. Por lo tanto, hay que darle gusto a lo que esos medios nos han acostumbrado. Los medios, por definición son masivos y en esa masividad, inevitablemente, hay que “bajar” el nivel para que toda la gente entienda el mensaje que nos quieren transmitir y actúe en consecuencia de él. 


Seamos más críticos, formemos lazos educativos que impulsen a la sociedad y reclamemos el poder que nos pertenece como personas y como ciudadanos. 







Equipo: Frank y Amaya 
(972 palabras)




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