Inestabilidad. Falta de cohesión. Formas indefinidas. Sociedad cambiante, líquida… A Zygmunt Bauman, filósofo polaco, se le atribuye el con...



Inestabilidad. Falta de cohesión. Formas indefinidas. Sociedad cambiante, líquida…


A Zygmunt Bauman, filósofo polaco, se le atribuye el concepto de “modernidad líquida”.


¿Cuál es la característica de un líquido? La respuesta es evidente: no tiene una forma fija, es inestable.  El pensamiento de este ensayista sobre la sociedad tiene que ver, precisamente, con las cualidades de dicho estado de la materia, pues plantea que la vida moderna nos está consumiendo lentamente, poco a poco, como consecuencia de una inestabilidad, una falta de firmeza y estado cambiante de la misma. 

Hoy más que nunca, en la Ciudad de México, la vida es inestable. Pensemos en la manera en la que constantemente muchas personas terminan cambiándose de trabajo a menos de tres meses de haber comenzado. La forma de vida acelerada de la ciudad permite que no exista una quietud para los habitantes chilangos, quienes siempre tienen que estar moviéndose de un lado a otro. Esto hace que la calidad de vida disminuya en comparación a la de otras personas que viven tranquilamente lejos de la caótica CDMX.


"What we cannot imagine, having no time left for exercising imagination, is a network of relationships that would accommodate and sustain such notion, it is, in the end, the old truth all over again: each society sets limits to the life strategies that can be imagined, and certainly to those which can be practiced"



De la tecnología al vacío 


Las redes sociales nos permiten conectarnos unos con otros de maneras en las que en épocas anteriores era imposible imaginar. Todos estamos al alcance de un solo clic, como si se tratase de un simple objeto. Y es que estamos expuestos a que otros individuos nos hallen vulnerables, frágiles. Así como el líquido que se mueve con el movimiento, la comunidad digital es influenciada por aquellas acciones de carácter político, sobre todo si se habita en la Capital de México, pues de ahí surge todo tipo de impulso hacia el cambio, la novedad, lo diferente, como el impacto del movimiento feminista en el Zócalo por ejemplo. Mientras en el pasado la sociedad era predecible y estable, en el 2021, vemos algo completamente distinto. 

Uno de los factores que propició el cambio de una colectividad sólida a una líquida, fue la tecnología. Bauman diría:  “La vida social ya se ha transformado en una vida electrónica o cibervida.” La inmediatez de la vida digital no permite a las personas encontrarse estables en ningún sentido. Tendencias de moda, la influencia de cierta gente o ciertos movimientos, cambios abruptos, noticias instantáneas… todo funciona en conjunto para formar una identidad social distinta a la que se conoció en años anteriores. 





De aplicaciones de citas y corazones vacíos 


La falta de compromiso en la actualidad influye en la manera de relacionarse los unos con los otros. No por nada Tinder y Bumble son dos aplicaciones de citas por internet que han crecido en los últimos años y cuya finalidad es reunir a personas desconocidas en relaciones amorosas, de amistad o casuales, sin más. Todo depende de lo que cada persona esté buscando en alguna temporada de su vida. 

Quizás sea interesante preguntarse si este tipo de plataformas aumenta el ensimismamiento en el yo narcisista tan centrado en sí mismo… en la persona que vemos delante del espejo. ¿Somos egoístas y egocentristas al mismo tiempo? ¿Y si el constante deseo de cambiar de formas, de maneras, de métodos, de personas simplemente nos deja sin nada firme? No hay fondo. No hay vacío. Tal vez Bauman no se equivocó al decir lo siguiente: “Nos hallamos en una situación en la que, de modo constante, se nos incentiva y predispone a actuar de manera egocéntrica y materialista.”


Además, ¿por qué a la sociedad le preocupa tanto el qué dirán de ella?  Los grandes monopolios de la vida virtual que maneja la vida real, tienen una gran influencia en los comportamientos de los individuos que forman parte de la digitalización. Estas empresas tienen el poder de cambiar el juego, haciendo que las personas modifiquen su manera de coexistir. 


Ha decir verdad, nada de lo que Bauman habla cuando define la liquidez cultural parece ser falso. Sus teorías sobre el comportamiento humano moderno y la “cibervida” son muy acertados. Y quizás que en ningún momento llegue a cambiar. Tendríamos que esforzarnos en dejar de querer impresionar o imitar al Otro y empezar a trabajar por asombrarnos de nuestra propia vida. Trabajar por y para nosotros mismos. 


¿Y si dejáramos de hacer “influencers” a quienes no lo son? ¿Por qué nos importa más lo superfluo que lo profundo, lo que está lleno de significado? Una vez más, Zygmunt tiene la respuesta a todas las incógnitas que nos estamos planteando:  “La cultura de la modernidad líquida ya no tiene un populacho que ilustrar y ennoblecer, sino clientes que seducir”. No por nada los likes tienen un rol especial cuando se trata de darle valor a una persona más que a otra. 


La sociedad moderna, quiere lo que el otro tiene porque ha sido influenciada por formas cambiantes. Dejar de preocuparnos por llenar vacíos, quizás nos permita enfocarnos en mantener una vida sólida, que no fluye con la marea sino que desea comprometerse con el ahora, sin pensar en la siguiente actividad que tiene que hacer, el siguiente trabajo que debe conseguir, la siguiente pareja que necesita encontrar y demás. Si dejamos de inquietarnos por aquello que nos falta, entonces nos contentamos con lo que sí forma parte de nuestro presente. 


¿A dónde se dirige nuestra sociedad? Hacia una era de vacío, como diría Lipovetsky. La era en la que nada más que lo tangible importa. ¿A París para tomar una foto frente una torre cuyo verdadero simbolismo desconocemos? ¿O a aquel monumento en Berlín? Sí, a aquel que profanamos siempre con fotos de moda. Nos dirigimos a comprar en la barata engañosa del Buen Fin porque vimos que personas con miles de seguidores hicieron lo mismo.


Equipo Leslie, Luis, Fernanda

988 palabras

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