¿Las redes sociales y los medios tendrán un papel nunca antes visto, en las próximas elecciones presidenciales?

  ¿Hemos estado en búsqueda de un cambio positivo en la política en México, y no la hemos encontrado? Las redes sociales son herramientas ef...

 ¿Hemos estado en búsqueda de un cambio positivo en la política en México, y no la hemos encontrado?

  • Las redes sociales son herramientas eficaces para el alcance en masa de nuevas ideas.  

  • Las audiencias digitales son públicos participativos y activos, que ayudan a formar parte de una ideología, que tiene gran presencia en la Web. 

  • Política en el mundo digital, un juego de espejismos. 

Las audiencias digitales son un concepto en publicidad digital que se refiere a la cantidad de público al que pretendemos hacer llegar el mensaje de la marca para que genere interacción. Puede ser mediante estrategias SEO o SEM. (ESAN Graduate School of Business, 2021). Las estrategias de marketing de datos de precisión y publicidad digital utilizan las audiencias y los segmentos para personalizar el target al que llega su mensaje y lograr conversiones más efectivas en el grupo de su elección.

La segmentación de audiencias digitales permite identificar y trabajar a los públicos específicos de cada acción de la campaña, garantizando la focalización de la estrategia y asegurando que esta se dirija al público adecuado. Esta técnica no es nueva, ya que se venía utilizando desde el marketing offline, en donde se “mapeaba” el público objetivo a través de herramientas físicas que permitieran a la campaña ser efectiva. Entonces, segmentar en el mundo digital es analizar e identificar los perfiles de grupos de consumidores que “pueden necesitar diferentes productos y servicios” y que requieran estrategias de marketing específicas para captar su atención. (Contenttu, 2021)

Las audiencias suelen segmentarse por los siguientes rasgos; comportamiento, muestra las necesidades específicas o de interés hacia un producto o servicio determinado; ubicación, implica el país, región, ciudad, provincia, distrito, con la finalidad de identificar la proveniencia del público; demografía, edad o etnicidad y finalmente psicográfica, estilo de vida, opiniones y decisiones.

No solo son marcas globales y compañías transnacionales que utilizan estas estrategias, también son muy socorridas para campañas políticas en sus campañas de marketing digital durante temporadas de elecciones. Esto representa un conflicto democrático porque al segmentar al público que es expuesto a cierto contenido publicitario, se excluye a la totalidad de la población del contenido político. Además, no solo se excluyen ciertas personas selectivamente, sino que se exponen a estímulos sugestivos a otros tantos. Las condiciones no son equitativas para toda la población, no hay igualdad para los votantes, sino que se está en desventaja frente a los algoritmos y la segmentación basada en intereses y demografía.

La elección de 2024 es particularmente conflictiva, ya que la mayor parte de los votantes son generaciones jóvenes de entre 20 y 39 años (García, 2022), y una de las principales características de estas generaciones es el consumo de sus noticias a través de redes sociales de naturaleza audiovisual, como son Twitter, Instagram e incluso TikTok. La razón del conflicto no es el formato de las noticias per se, sino la veracidad y la velocidad con la que se suelen propagar las fake news por medio de estas redes sociales. La social media tiene una alta afinidad con el público joven, pero también la tiene con el escándalo, lo llamativo y vistoso y con las formas rápidas de compartir información.

La AI, Chat GPT, ofrece esta explicación al respecto sobre el fenómeno:

“En el contexto de una elección presidencial, esto puede ser especialmente problemático; sin embargo, también hay otros factores que pueden influir en el resultado de una elección, como el desempeño de la economía, las promesas y propuestas de los candidatos, la participación de los votantes, entre otros. Por lo tanto, no se puede afirmar con certeza que una elección se "degenerará" sin tener en cuenta todos estos factores.

En cualquier caso, es importante que los ciudadanos tengan acceso a información confiable y que los medios de comunicación asuman su responsabilidad de proporcionar noticias precisas e imparciales. También es importante que los candidatos sean transparentes y honestos con la ciudadanía, y que los votantes tomen el tiempo de investigar y evaluar cuidadosamente a los candidatos, antes de tomar una decisión informada en las urnas.”

Mientras que las características afines anteriores pueden ser muy ventajosas para viralizar contenido importante y positivo para la ciudadanía y la democracia, es un arma de doble filo que puede funcionar en desventaja de la población. La verdad es un tema delicado que pocas veces está presente en su totalidad en las redes sociales. Los políticos, las manifestaciones, los monumentos, los movimientos sociales son presentados como el poder y la élite quieren y les interesa que el pueblo lo vea y lo replique.

Los Medios y Democracia Libre e Informada

Muy pocas veces se podrá observar la realidad de una figura política en su perfil de TikTok. Tendrá que ser a través de un medio alternativo, alguien con un interés contrario o un interés en exponerlo quién presente su lado oscuro. Y entonces la política se reduce a esto en el mundo digital, a un juego de espejismos, segmentaciones y audiencias en donde uno se queda cuestionando, ¿cuál es la realidad? ¿A qué grupo pertenezco? ¿Por qué veo lo que veo, y qué debería hacer con eso? Antaki, lo explica muy bien cuando dice:

¿Puede una minoría activa desvirtuar el voto de una mayoría y llegar a callar su voluntad? Sí. Treinta agresivos pueden imponer su voluntad en una asamblea, un Ágora, el espacio democrático por excelencia. Que cada uno participe con una voz igual puede parecer justo; pero no todos se presentan en el Ágora, no todos utilizan su voz, algunas voces están ahogadas bajo el volumen de otras más altas, y no basta con tener voz para tener la razón. Si bien, en un grupo de cinco, el argumento tiene la oportunidad de presentarse y medirse, en una asamblea de varios cientos, es el encanto de la retórica el que gana. ¿Qué valen la competencia, la complejidad claramente explicada, la responsabilidad evidente, frente a la agresividad, la labia o incluso el carisma? Pronto se descubrió el mal en el ejercicio democrático; tenía por nombre la ignorancia y la violencia.

Lo que sucede es una tiranía de las minorías. 

La tiranía se define como “el gobierno ejercido por un tirano, como el abuso o imposición en grado extraordinario de cualquier poder, fuerza o superioridad; o, es el dominio excesivo que un afecto o pasión ejerce sobre la voluntad”. (RAE). En algunos países latinoamericanos, bajo el disfraz de algo llamado democracia, los tiranos se perpetúan en el poder y lo ejercen sin ningún contrapeso, tal como explica Antaki que puede llegar a suceder.  

Las decisiones se imponen sin consideración alguna del sentir de las mayorías. Algunos bienes y decisiones importantes en el país son secuestradas por grupos de poder que representan solo intereses de unos pocos.  La acción democrática, que exige la toma de decisiones en función del bienestar y anhelos de la mayoría, se vuelve entonces una utopía en el país y eso no es sano para una democracia.

A manera de conclusión queda una reflexión importante por hacer. ¿En manos de quién está la responsabilidad de la Verdad? ¿Es de los medios, quienes propagan las noticias? ¿De los políticos, quienes tienen el control del poder? ¿De los votantes, quienes conforman el padrón electoral de la democracia y eligen a las figuras políticas? Utópicamente, se diría que la Verdad es responsabilidad de todos. Sin embargo, al tratarse de una discusión sobre democracia, vale la pena detenerse en el cuestionamiento del peso que tiene el rol del votante frente a su gobernante y como lo pueden hacer responsable de su gobierno y de sus actos, sea una buena o mala figura política.

Palabras: 1,265


Referencias

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Alejandra Palomino, Jaime Fragoso, Sebastián Aguilar y Montserrat Galas.


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