El fenómeno de Tik Tok en la política: ¿democratización o triunfo de la posverdad?
En México, la red social parece cobrar un apogeo en la vida política previo a las elecciones federales de 2024
El sesgo y la polarización generan un entorno incierto para las personas que utilizan la plataforma para informarse de asuntos públicos del país
Se debe de apostar por un modelo de comunicación que apele a la ética para incorporar a minorías que son excluidas de la conversación política; evitar la manipulación con intenciones tendenciosas
Por su formato efímero y líquido, TikTok se ha convertido en la plataforma digital con mayor preferencia en las audiencias juveniles, por tanto, su uso en la vida política abre nuevos debates en el ágora público, o contrario a ello, prolifera el fenómeno de la posverdad.
Asimismo, posibilita empatizar con narrativas de odio. Berardi (2018) explicaba a propósito de la empatía: “es la interpretación de los signos que proceden de un otro y, por ende, la extrapolación de sus sentimientos, deseos y emociones” (Berardi, 2018, p. 25). Desde esa postura, la comunicación gubernamental en TikTok tiende a manipular percepciones y creencias para mantener una hegemonía o statu quo.
Esto es una gran ventaja en las campañas políticas,
ya que los partidos o los candidatos que decidan ocupar este medio pueden
llegar a un gran público al ser más simpatizantes con ellos. Lo cual permite
generar un vínculo con el “pueblo”, al usar estrategias de emotividad y de marketing.
Dichas acciones son incitadas por el sobreuso de contenidos simplificados,
evadiendo un contexto sociopolítico para conducir un discurso que satisfaga los
intereses de las personas que ejercen poder.
Posibles escenarios en México:
alcances y limitaciones
¿Cómo se presentaría tal escenario en nuestro país? Diversas teóricas y teóricos han discutido sobre la influencia de los contenidos en redes sociales, para promover la participación mercantilizada, esto es, que el voto se transforma en un activo consumible más que mantener su espíritu democrático; el dato de la preferencia electoral es comerciable. Como advertía Byung-Chul Han: “Los políticos también siguen esta lógica del consumo. Tienen que proveer. De este modo, se degradan a proveedores que han de satisfacer a los votantes en cuanto consumidores o clientes” (Han, 2014, p. 23).
En México, varias políticas y políticos se han sumado a ser creadores de contenido en la plataforma haciendo coreografías, canciones, comedia, etc. TikTok puede ser de gran utilidad en este año y el siguiente por las próximas elecciones del 2024.
Un gran ejemplo es el canciller Marcelo Ebrard, el aspirante a la presidencia más popular en esta red social, pues cuenta con más de 1.2 millones de seguidores; su popularidad se debe a que mantiene un semblante serio, y simultáneamente, utiliza la comedia. Esto le permite complacer a diversos públicos, ya que puede generar familiaridad con ellos, alcanzar a gente adulta y a audiencias jóvenes.
Política y entretenimiento: un
binomio indeseable
Por lo anterior, se deduce que la política transmutada en entretenimiento para las masas, redirige la atención y confecciona un montaje invencible: que la discusión y el disenso conforme un espectáculo. Así, surge el politainment, recurso infalible que funge como guía de comunicación en distintas campañas para apoyarse de plataformas digitales en las cuales, con poca regulación, tergiversen la veracidad de asuntos de prioridad nacional y alimenten una maquinaria de polarización.
A partir de esto, nos preguntamos: ¿Cómo rejuvenecer el tejido de la democracia? ¿Es posible imaginar un uso ético de redes como TikTok para fortalecer e integrar a minorías en temas de índole pública?
El AI ChatGPT ofrece esta explicación sobre el fenómeno: “Es importante que los políticos sean cuidadosos al utilizar las redes sociales para hacer campañas políticas y respeten las normas y regulaciones de cada plataforma. También deben ser transparentes y honestos en su comunicación y evitar difundir información engañosa o falsa. En última instancia, la efectividad de una campaña política en TikTok dependerá de la calidad del contenido y la capacidad del político para conectarse con su audiencia en un nivel personal y auténtico”.
En conclusión, hemos resaltado el rol de TikTok como distorsionador de realidades sociales y políticas. No obstante, de recurrir a prácticas con perspectiva ética en torno a la comunicación política, se abriría un esperanzador horizonte para atender las demandas colectivas que subyacen de la presente coyuntura política del país. Por el momento, se prevé un uso casi idiosincrático de las redes sociales: continuar con los vicios de administraciones pasadas en cuanto a la estrategia de comunicación, cuya finalidad es construir una narrativa ficticia de las cosas.
Ramón. (2023, 9 marzo). Tik Tok, una nueva y estratégica herramienta de comunicación política. RAMON RAMON. https://ramonramon.org/blog/2023/03/08/tik-tok-una-nueva-y-estrategica-herramienta-de-comunicacion-politica/
Yañez, B. (2023). TikTok, la nueva herramienta de los políticos para llegar a los jóvenes. ADNPolítico. https://politica.expansion.mx/mexico/2022/09/25/tik-tok-politicos-mexicanos-campanas
Berardi, F. (2018) Fenomenología del Fin: Sensibilidad y mutación conectiva (Primera Edición). (2018). Caja Negra.
Han, B. (2014). Psicopolítica: Neoliberalismo y nuevas técnicas de poder. Herder Editorial.
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