En la actualidad, la desinformación y la manipulación en línea se han convertido en una preocupación creciente en todo el mundo, y México no es la excepción. Con las elecciones presidenciales de 2024 muy cerca, es importante considerar el impacto potencial que pueden tener las redes sociales en el proceso electoral. Si la mayoría de los votantes consumen noticias a través de medios de comunicación social de naturaleza audiovisual y no tienen una relación sólida con la verdad, ¿cómo puede garantizarse que la elección sea justa y equitativa? En este contexto, es importante analizar cómo la falta de una relación sólida entre los candidatos y la verdad, combinada con la prevalencia de la desinformación en línea, podría conducir a la degeneración de la elección presidencial en México en 2024.
En un artículo de El País publicado en Septiembre del 2022, se menciona que los posibles candidatos presidenciales de Morena en México, Claudia Sheinbaum y Marcelo Ebrard, están acelerando sus campañas digitales debido al desgaste de la acción de gobierno. Señala que ambos han aumentado su presencia en redes sociales, han contratado asesores en comunicación y han producido contenido de video en línea para promocionar sus agendas y trayectorias políticas. El artículo también menciona que la popularidad de Sheinbaum y Ebrard se ha visto afectada por la inseguridad, la corrupción y la falta de resultados en áreas como la economía y la pandemia, lo que ha llevado a una mayor necesidad de promoción en línea.
La manipulación de la verdad y la demagogia en la política mexicana
En este aspecto emerge el papel de la demagogia y la manipulación de la verdad a través de los medios de comunicación, se puede observar el surgimiento de comportamientos de manipulación entre los contendientes políticos, lo cual Antaki (2017) resalta: “Al abrir la puerta a la libertad de expresión de la prensa, la democracia vuelve posible la crítica más virulenta y la invención diaria de asuntos aparentemente dramáticos” (Antaki. 2017: 6).
En el ámbito político-electoral, las facciones políticas emplean diversas estrategias para influir en la opinión pública, considerada como el principal activo en la actualidad. La manipulación de la percepción de la verdad y el condicionamiento del pensamiento son prácticas comunes en este contexto, lo que se suma a las deficiencias naturales del sistema democrático mexicano, que no ha logrado consolidarse como una democracia real. Antaki señala que estos problemas no son inherentes a la democracia en sí misma, sino a las inclinaciones profundamente arraigadas en el sistema político mexicano.
En consecuencia, es posible identificar que en la actividad político-electoral de México se hace un uso intensivo de la publicidad, lo que corresponde a un sistema semirepresentativo a disposición de los grupos hegemónicos y determinado por sus intereses y privilegios a través de los medios de comunicación. A esto se le suma el empleo de respuestas emocionales e irracionales motivadas por el hartazgo, la desigualdad, la violencia y la corrupción imperante en el país. Sin embargo, como lo refiere Antaki: "La vida política tiene su pauta en las elecciones, que suscitan verdaderas crisis nacionales. El interés de la mayoría de los ciudadanos, de hecho, tiene poco peso en estas elecciones, pero todo concurre para dar la impresión de que el interés general está en juego [...] La democracia es propicia para las pasiones artificiales y, periódicamente, para las crisis emocionales nacionales" (Antaki, 2017: 7).
Esto cabe contrastarlo con la perspectiva crítica de Chat GPT sobre los retos que México enfrentará la elección presidencial en 2024:
“[…] la falta de una relación de los candidatos con la verdad y la difusión de información engañosa a través de las redes sociales pueden representar importantes desafíos sociopolíticos para la elección presidencial de México en 2024. Es importante que los votantes sean críticos y cuidadosos al evaluar la información que consumen y que los medios de comunicación y las instituciones políticas trabajen juntos para fomentar la transparencia, la responsabilidad y la honestidad en la política” (Chat GPT. 2023).
El panorama para la elección presidencial del 2024, así como otras elecciones en México, se encuentra altamente afectada por los mecanismos de manipulación sobre la percepción y opinión pública que llevará a una competencia por la presidencia marcada por la conocida estrategia de “guerra sucia” donde se buscará el desprestigio y ataques personales mediante los medios de comunicación que amoldarán el discurso a conveniencia de sus propios intereses como extensiones del poder hegemónico para condicionar el comportamiento electoral y con esto se mantendrá el sistema de semi-representación, e incluso de nula representación, característico de México.
El riesgo de la degeneración electoral en un contexto de desinformación y manipulación en las redes sociales
En la carrera hacia la presidencia, los candidatos a menudo buscan ganar la atención y la lealtad del público utilizando diversas estrategias, incluyendo el uso de las redes sociales. En muchos casos, esto implica crear una imagen artificialmente creada y manipulada de la realidad, en lugar de una verdadera representación de quiénes son y qué proponen.
El potencial de los medios digitales impone ventajas y riesgos alarmantes debido a fenómenos como los bulos informativos o fake news que se observaron durante las elecciones presidenciales del 2020 en Estados Unidos, donde la desinformación y fenómenos de posverdad llevaron a la determinación del comportamiento electoral.
La relación de los candidatos con la verdad es crucial en cualquier elección democrática, ya que los votantes necesitan conocer la verdad sobre sus plataformas y sus intenciones para poder tomar decisiones informadas y responsables en las urnas. Sin embargo, si los candidatos no son transparentes y honestos, los votantes pueden sentirse confundidos y desconfiados, lo que puede llevar a la apatía electoral y a una baja participación en las elecciones.
Audiencias digitales y la democracia artificial
Uno de los principales problemas a considerar es que la llegada de los medios digitales ha transformado y alterado la forma en que las personas experimentan la vida en sociedad. Desde los comportamientos hasta las ideologías, todo se ve afectado por las determinaciones manejadas en los medios de comunicación. Esto afecta el núcleo social en todas sus dimensiones, incluyendo el factor político, donde surgen problemas. Si bien se observa una menor verticalidad, también se han generado fenómenos de representación política ad hoc en las plataformas digitales, donde la representación queda desplazada por la demagogia y la inconsistencia de las movilizaciones sociales digitales.
Aquí es donde retomamos las observaciones de Byung Chul-Han en cuanto a a construcción de simulaciones democráticas en la era digital: “La digitalización marca el final de lo real. En ella no está contenida ninguna indicación del referente real" (Byung Chul Han, 2014: 69).
La digitalización ha afectado profundamente el sistema democrático mexicano, en cuanto a la degeneración de la elección presidencial de México en 2024 se debe a varios factores interrelacionados:
- Desconexión de los candidatos con la verdad: Esto genera desconfianza en los votantes y deteriora la calidad del proceso electoral.
- Consumo mayoritario de noticias por medio de redes sociales de naturaleza audiovisual: Los votantes están expuestos a desinformación y noticias falsas que pueden influir en sus decisiones electorales.
- Propensión a la manipulación emocional: Los mensajes políticos que apelan a las emociones pueden distorsionar la percepción de la realidad y llevar a decisiones electorales basadas en sentimientos en lugar de información verificada.
La ausencia de un referente real en las plataformas digitales ha diluido aún más la conexión con la realidad y ha llevado a la creación de simulaciones democráticas. Esto implica que la pérdida del referente real puede llevar a la pérdida completa de la relación con el sistema democrático, lo que requiere de la presión de las demandas sociales para lograr un cambio. Sin embargo, este proceso se ve empañado por factores como la posverdad y la instrumentalización de los medios de comunicación para consolidar el poder, lo que dificulta el progreso hacia una verdadera democracia.
Con ello es posible identificar que por sí mismo el modelo de control por parte de la denominada “clase política” en México sobre los medios de comunicación permita la generación de medios que pueden afectar la soberanía nacional en el sentido de condicionar los comportamientos mediante la opinión pública y con ello el comportamiento electoral.
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Bibliografía:
Antaki, Ikram. (2017). La democracia y la demagogia. Campus Virtual: Maestría en mercadotecnia y publicidad. México.
Byung Chul, Han. (2014). En el enjambre. Barcelona: Herder.
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Michelle Entebi
Michelle Serio
Paulina Garcia
Mauricio Oved
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