El Covid-19 y el alza del ecofascismo.

 

Escrito por: Armando Smeke Lañado

Probablemente no reconozcas la bandera que está en el encabezado de este artículo pero sin duda alguna has escuchado hablar de ellos. Quizás no de nombre, quizás no de alguien que se relacione directa y abiertamente a este grupo, pero seguro has escuchado argumentos a favor de lo que este grupo promueve. Esta es la bandera del partido ecofascista, una bandera creada en 4chan que funciona como un identificador para las personas que sus ideales van ligados a los de esta ideología. 

Y poco a poco sin siquiera darnos cuenta, el ecofascismo se ha vuelto una constante en nuestra vida diaria. 

¿Qué es el ecofascismo? 

Al menos ya sabemos a qué grupo pertenece esta bandera pero seguro ahora estarás pensando; "Bueno pero, ¿Qué es el ecofascismo?" 

El ecofascismo se basa en la idea de cuidar al planeta y al balance natural sobre todas las cosas. Y quizás leyendo esto piensas que no suena tan mal, sobre todo ahora que el calentamiento global es un problema tan prevalente en nuestra agenda del día a día y que parece que si no actuamos en este momento no nos quedara mucho por hacer; pero en realidad el ecofascismo es extremadamente peligroso. 

Al final, es un modelo político que plantea que deberíamos vivir bajo un régimen autoritario que proteja el balance de la naturaleza ante todo, incluso las libertades individuales y los derechos humanos. Y ahí es donde entra el primer gran problema del ecofascismo, como todos los modelos fascistas se basa en un poder autoritario que puede en cualquier momento suspender garantías individuales. 

Y no es ninguna coincidencia que gobiernos fascistas del pasado utilizaran el argumento de "cuidar la naturaleza y proteger el orden natural" para avanzar sus agendas racistas y xenofobas, como el partido Nazi que utilizaba el slogan "Sangre y Tierra".

Desde hace mucho tiempo los grupos de ultra derecha tienen una larga tradición de adaptar ideas ecologistas para avanzar su agenda. Como escribe Naomi Klein en un artículo de Teen Vogue llamado "Eco-fascism: What It Is, Why It's Wrong, and How to Fight It": "Muy seguido, si alguien de la ultra-derecha se convierte en un ecologista, [su ideología] se relaciona con una cosmovisión hipernacionalista y de supremacía blanca, así que alimenta los llamados a más seguridad fronteriza en el lado más suave, y en el lado más duro, puede expresarse como la idea que el calentamiento global es una purga divina" (Klein, 2020) 

Traducción realizada por Armando Smeke Lañado

"Nosotros somos el virus"

Este último párrafo nos lleva directamente al siguiente punto importante a hablar cuando discutimos sobre ecofascismo y es uno que seguramente has escuchado, sobre todo este último año. 

¿Cuántas veces desde que comenzó la pandemia del Covid-19 has escuchado la frase "nosotros somos el virus? ¿Cuántas veces has entrado a alguna red social y ves la famosa foto de delfines en el canal de Venecia o cualquier otro ejemplo de la "naturaleza sanando"? ¿Y cuántas veces estas fotografías o historias van de la mano con esta retórica de "los humanos son el verdadero virus?

Seguramente han sido muchas, casi incontables las veces que has visto o escuchado esto o algo que vaya de la mano con esta idea. Y quizás viendo estas imágenes llegaste a pensar que sí, nosotros somos el verdadero virus pero, esta ideología esconde un trasfondo sumamente peligroso. 

Esta idea va directamente relacionada con la la sobrepoblación, el concepto que dice que somos demasiadas personas y que esto es lo que está causando todos o la mayoría de los problemas ecológicos que tenemos. Esto en primera es simplemente falso, el 1% más rico de la población del mundo contamina más del doble que la mitad más pobre de la población mundial y los países que más contaminación causan son los "primermundistas", aquellos países con mucha riqueza y mucho capital gracias a sus grandes industrias; mientras que la mayoría de los países "sobrepoblados" ni siquiera figuran en las gráficas de contaminación por país. Y en segunda carga con un subtexto bastante desagradable, racista y xenófobo. Los lugares más poblados del mundo suelen ser aquellos con menos capital; países de América Latina, África, Asia y otras zonas que, gracias a la explotación de los países de "primer mundo" tienen poca riqueza económica. Entonces cuando alguien sugiere que la sobrepoblación es el problema directa o indirectamente le está colocando toda la culpa a estos países y a la gente que habita ahí. Esto lleva a que los gobiernos tomen medidas que terminan por dañar a estas personas como fortalecer las fronteras o incluso proponer medidas de control poblacional como límite de hijos, incluso estas ideas han sido causantes ataques dirigidos a estas poblaciones vulnerables. 

Y la pandemia solo ha empeorado esta situación. Hemos visto un alza en crímenes de odio contra la comunidad asiática y esto va directamente relacionado con la idea que tenemos de dónde y cómo se produjo el virus. Escuchamos que se originó en un mercado con poca salubridad, en una zona con una gran densidad poblacional y en un país que de por sí ya consideramos "sobrepoblado". Por esto mismo escuchamos una y otra vez a gente culpando a China y a su población por la pandemia y demandando alguna clase de venganza o justicia contra ellos. 

De nuevo, esto va directamente relacionado con las ideas del ecofascismo y es muy importante estar conscientes del trasfondo que estos discursos cargan. 

Muchas personas ni siquiera están conscientes cuando dicen algo así de lo que este discurso conlleva y cuando dicen algo apoyando argumentos de la sobrepoblación o atacando poblaciones "sobrepobladas mucho veces ni siquiera se dan cuenta del discurso xenófobo que hay de fondo. Al final hace cierta lógica que entre menos personas hay, menos contaminación y menos problemas ambientales tendremos pero, toma cinco minutos de reflexión e investigación para darnos cuenta que esto no es solamente falso, es un discurso con una retórica muy peligrosa. 

Situación en México: 

La situación en materia ambiental en México es, como todas las situaciones del país, muy complicada. 

En primera México es el país con más defensores del medio ambiente asesinados o violentados en el mundo. Solo en 2020 18 ambientalistas fueron asesinados. También el gobierno actual se ha caracterizado por realizar muchas acciones que directamente dañan al medio ambiente como la desaparición de 109 fideicomisos de ciencia, tecnología y ambiente o la construcción de diversas refinerías o macroproyectos que han sido catalogados como desastres ecológicos como el Tren Maya o el aeropuerto en Santa Lucía. Sin duda alguna el debate y la conversación sobre el impacto ambiental y el calentamiento global en México son más relevantes que nunca. Esto tiene sus cosas positivas por supuesto como la concientización del problema y que se hable del mismo pero en el contexto del ecofascismo y los problemas que viene con ello podría causar mucho daño.

Homero Gómez, uno de los muchos ambientalistas que han sido asesinados en los últimos años. 

Tomemos una cita de Eduardo Moreno para dejar más claro el problema y el panorama del ecofascismo en México: 

Si bien los comentarios que se pueden leer en las redes sociales en México carecen del etnonacionalismo del movimiento (el ecofascismo surgió durante la Alemania Nazi sosteniendo que la “raza” aria debía recuperar la tierra para protegerla) el mensaje es congruente con la idea de que la muerte en masa traerá beneficios para la población que pueda sobrevivir, la cual por supuesto pertenecería a quien tenga la mayor cantidad de recursos para hacerlo.

Esta cita ejemplifica a la perfección lo que sucede con el eco fascismo en México. Quizás aquí el discurso ecofascista no va tan de la mano con la supremacía blanca pero definitivamente se cree que la pérdida de vida humana podría traer consigo beneficios, sí se creen al menos las bases del ecofascismo y de ahí, es solo un tobogán para llegar al fascismo de lleno. A principios del año pasado ya vimos un aumento a crímenes y discurso de odio contra la comunidad asiática del país y no podemos llegar a los extremos a los que el miedo y el discurso eco fascista nos pueden llevar. Tenemos que tener mucho cuidado en cómo se manifiesta nuestro descontento y enojo en los temas ambientales en México, no debemos dejar que estos discursos llenos de odio y xenofobia sean los que terminen por guiar esta importante y necesaria conversación. 

Conclusiones: 

El ecofascismo, como cualquier otro ideal autoritario y fascista, se basa en apelar a nuestros más grandes miedos para creer enemigos en común y pensar que son ellos quienes están causando todo esto. Es nuestro deber como sociedad no caer en estos discursos propagandísticos y demandar a los medios y a los líderes de opinión que no perpetúen este sistema de odio. 

No debemos caer ante nuestros primeros instintos y dejar que el miedo nos gane, debemos unirnos y cambiar por completo el sistema en el que vivimos para así genuinamente dejarle un mundo mejor a las generaciones que vienen. 

(Número de palabras:1471)