Terrace House: un ejemplo adictivo de soft power

Terrace House: Tokyo 2019-2020. Fuente: Netflix

Una casa. Seis extraños. Relaciones inesperadas. Esa, a grandes rasgos, es la premisa de Terrace House, la franquicia de reality shows japoneses que ha impactado al mundo. Esta comenzó como una producción de Fuji TV, a la que, recientemente, se sumó Netflix, expandiendo su alcance internacionalmente.

Además de ser una excelente opción para ver ahora en la cuarentena, Terrace House permite ver la cultura japonesa de formas a las que, en occidente, no solemos estar acostumbrados. Tiene una perspectiva fresca y más "discreta" ante realities como Big Brother o Acapulco Shore. En esta serie, los participantes no parecen pelear por todo y el romance tarda más tiempo en florecer. Sin embargo, esto no hace que Terrace House sea menos adictiva. Al contrario. Su ritmo mantiene a la audiencia pegada al televisor esperando a ver qué va a suceder.

En Netlix México están disponibles varias temporadas distintas de esta franquicia: Tokyo 2019-2020, Boys & Girls In The City, Opening New Doors y Aloha State. Cada una de estas cuenta con una locación increíble y seis participantes --tres hombres y tres mujeres-- que básicamente buscan el amor.

Con el impacto que ha tenido a nivel global, esta franquicia es un gran ejemplo de una nueva forma de soft power de oriente hacia occidente. Pero, ¿qué es soft power?

Terrace House. Fuente: Imgur.

Terrace House y el nuevo soft power

El politólogo estadounidense, Joseph Nye, describió este concepto específicamente desde el contexto de Estados Unidos tras la Guerra Fría. Lo definió como un “poder no coercitivo, para cimentar su posición de liderazgo en todo el mundo”. El politólogo explica que hay tres categorías de soft power: cultural, ideológica e institucional.

Nye explica que “si la cultura e ideología son atractivas, los otros seguirán de buena gana”. Esto, en inicio, funcionó, ya que países con diferentes corrientes políticas y estructuras siguieron las formas de Estados Unidos. Sin embargo, pronto, muchas de estas naciones cayeron en crisis económicas y políticas. Esto ha causado que el soft power de Estados Unidos vaya perdiendo un poco de fuerza a nivel global.

En un artículo escrito por Eric X. Li para Foreign Policy, se explica que, se levanta una nueva forma de soft power en Asia, más específicamente en China. Este es descrito como más pacífico, y en palabras de Li, puede resumirse como “No tienen que ser como nosotros, no tienen que querer lo que nosotros queremos; pueden participar en una nueva forma de globalización y retener su cultura, ideología e instituciones”.

Terrace House: Aloha State. Fuente: Netflix

Terrace House es uno de los cientos de productos mediáticos y culturales que produce Japón al año. Estos, a través de la globalización, logran hallar audiencias a nivel internacional que pueden observar los valores, cultura e ideología japonesa. A su vez, el impacto de estos contenidos fortalece la economía de Japón ante el mundo e influencia a otros países a parecerse más a ellos. Esa es la magia del soft power.

No cabe duda que Terrace House, sin importar cuál se sus ediciones se vea, es un gran ejemplo de las formas en las que la cultura se va compartiendo de un país al resto a otros, muchas veces sin que le gente se dé cuenta del enorme impacto que esto tiene. La influencia de reality shows occidentales es clara, lo cual, de cierta forma, también es consecuencia del soft power que Estados Unidos ha tenido por años. Sin embargo, Terrace House no se siente como algo que hayamos visto antes. Es una prueba más de que la comunicación está cambiando y es hora de que ampliemos nuestro catálogo de entretenimiento.

Así que si ya te cansaste de los realities de siempre, con sus peleas exageradas y poco reales, dale una oportunidad a Terrace House. Suerte despegándote del sillón después de darle play.