Todos conocemos cosas emblemáticas de diferentes países, en Inglaterra están los Beatles, trench coats , double deckers; en Francia están B...
Todos conocemos cosas emblemáticas de diferentes países, en Inglaterra están los Beatles, trench coats, double deckers; en Francia están Brigitte Bardot, Christian Dior y Jacques Dutronc; en Corea del Sur está el k-pop, el kimchi y el Korean Beauty; en Argentina está Maradona, el mate y el tango, pero ¿qué pasa cuando esas cosas emblemáticas empiezan a ser replicadas en otros países?


La influencia silenciosa

Se le llama soft power, a la manera de persuadir e influir a otros países. A diferencia del hard power que usa recursos militares y económicos, este utiliza ideologías, cultura y filosofías para lograr sus objetivos. 

Posiblemente, el primer país en el que pensamos cuando escuchamos las palabras soft power es Estados Unidos. Después de que este país ganara la Guerra Fría, el liberalismo americano tuvo un atractivo incomparable alrededor del mundo. Todos querían votar, todos querían usar jeans y todos querían libertad de expresión (Li,2018). Esta obsesión americana se extendió de manera exponencial gracias a los avances en los medios de comunicación. Ahora es más sencillo que estar conectados con otros países y con eso, podemos estar al corriente con las tendencias que hay en ellos. 

¿Cuál es el  contenido del Soft Power de los Estados Unidos? Joseph Nye lo colocó en las siguientes tres categorías: cultural, ideológico e institucional. En estas áreas, el mundo querría ser como los Estados Unidos y eso ayudaría a la nación a darle forma al mundo. (Li, 2018)

Hablemos del soft power de Estados Unidos sobre Japón. Cuando pensamos en Japón, no es raro que nuestra mente imagine kimonos, samurais, sushi y té verde, entre muchas otras cosas. Lo que no imaginamos es que cuando caminamos por las calles de Tokio se puede encontrar múltiples cadenas de restaurantes estadounidenses como Burger King, Taco Bell y Hooters en cada esquina. Los japoneses son entusiastas de la cultura estadounidense y se nota en su vida diaria. 



Terrace House: el programa japonés más estadounidense 

Tomemos por ejemplo, la serie original de Netflix, Terrace House. En esta serie podemos seguir la vida de 6 participantes quienes viven en una casa y esperan consolidar una relación con uno de los otros participantes. Lo curioso del programa es que tiene un ADN estadounidense, es como un hijo perdido del popular programa The Bachelor. 

Podemos ver claramente la influencia de este país occidental en el reality show, especialmente con la música del programa. Todas las canciones que se escuchan en él son de grupos de habla inglesa. El opening theme es de una banda escocesa llamada CHVRCHES. No utilizan música japonesa contemporánea. Incluso, la serie tiene su propia cuenta de Spotify en donde la audiencia puede encontrar las canciones escuchadas en la serie, desde Cocteau Twins hasta The Rolling Stones pero ningún conjunto japonés. 

A su vez, podemos ver el peso de esta cultura en la manera en la visten. La moda puede verse como una herramienta del Soft Power porque además de ser una herramienta de transmisión de ideas, es un fenómeno global, que identifica no sólo a una persona sino a comunidades enteras y que no sólo se mueve en un entorno comercial, sino también en un entorno cultural. (Garduño, 2011) 

Están vestidos como cualquier otro joven del sur de California patinando por la calle en el barrio Los Feliz, pero lo interesante aquí es que los vemos haciendo exactamente lo mismo pero en Harajuku. En las siguientes imágenes se puede observar como Shohei Matsuzaki, uno de los participantes del programa, utiliza los populares fisherman beanies, los cuales han demostrado su popularidad en varias Semanas de la Moda en París. 


     




Eliminación de fronteras

No olvidemos una de las subculturas más asombrosas en Japón, la chicana. ¿Cómo una subcultura californiana fue a parar al otro lado del mundo? El soft power, es más fuerte de lo que su nombre indica. Se han borrado las fronteras culturales y como resultado, hay una nueva cultura global, donde es difícil rastrear los orígenes ya que se difunde con rapidez. Wallerstein (1979) dice “La verdad cambia porque la sociedad cambia. En un momento dado nada es sucesivo, todo es contemporáneo, incluso aquello que ya es pasado. En el presente todos somos irremediablemente producto de nuestro medio, nuestra educación, nuestra educación, nuestra personalidad y nuestro papel social, y las presiones estructuradas en cuyo seno operemos”. 


Los españoles no dejarán de comer jamón serrano, los brasileños no dejarán de jugar fútbol y los mexicanos no dejarán de escuchar a José José pero lo que si es posible es que dentro de sus culturas se abra paso a una nueva categoría, una nueva subcultura que se compartirá en todo el mundo, en ella se podrá encontrar una misma tendencia artística, como moda, cine y música. Las fronteras físicas podrán fortalecerse pero las fronteras culturales irán desapareciendo entre más conectados estemos. 









Referencias
Garduño, A. (2011). La moda como fenómeno social. Puebla: Universidad Autónoma de Puebla. 

Li, E. (2018). The rise and fall of Soft Power: Joseph Nye´s concept lost relevance, but China could bring it back. Universidad de Bologna. 


Wallerstein, I. (1979) El moderno sistema mundial: agricultura capitalista y los orígenes de la economía-mundo europea en el siglo XVI. España: Siglo Veintiuno editores.

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