No se ni como pase de mi viaje de graduación de prepa a mi
primera despedida de soltera en tan poco tiempo, pero aunque me sorprendió que
una de mis amigas a sus cortos 23 años se fuera a casar, no puedo negar que
cuando me enterè lo primero que me vino a la mente fue la despedida.
Durante muchos años me tocò ver a mis hermanas grandes y a
mis primas regresar acabadas de un fin de semana de despedida. Los lugares màs
comunes son Las Vegas, Playa del Carmen, Cancùn, etc. Es decir cualquier lugar
en donde haya fiesta 24 horas seguidas.
El dìa siguiente de que le dieron el anillo a mi amiga, me
desperté con un grupo con un nombre muy poco decente, y al abrirlo me di cuenta
que era para planear la despedida de soltera de mi primera amiga que se casa.
Nunca había tenido un grupo tan activo, todo el dìa hablábamos de a donde ir,
que actividades hacer, si usar trajes de baño iguales, o gorras, o termos, o
camisas. Y pues en fin, terminamos usando todo.
Pero bueno, después de tanta planeación, por fin llegò el
dìa de la despedida. El jueves salimos en la tarde todas para dirigirnos a
playa del Carmen, el destino que por cercanìa y por el famosísimo
“Coralina”
habíamos escogido como sede de nuestra primera despedida de solteras.
No se como habrá empezado esta tradición de vestirse todas
iguales un dìa y que la novia resalte en otro color, ni con que fin se hizo
esto. Pero nosotras lo llevamos al lìmite. La euforia de la novia nos llevo a
que todos los días trajeramos algo igual que nos distinguía como grupo (lo cual
obviamente fue contraproducente) al llegar a nuestros cuartos nos encontramos
con que la futura esposa nos había traìdo no solo los trajes de baño que
habíamos acordado, sino camisas, gorras, termos y hasta lentes iguales.
Al preguntarle un poco sobre porque nos querìa disfrazar
todos los días con cosas que no se nos veìan bien envés de dejarnos vestirnos
como quisiéramos me contesto:
“es mi despedida y esto es lo que escogì, la que pierda alguna de sus
cosas esta fuera de mi boda (rìe), cuando te toque la tuya tù decidirás”.
No tuve màs opción que disfrazarme diario para tener a bridezilla contenta.
Fuimos sin duda las màs ridículas de Playa del Carmen
disfrazadas en todos los lugares a los que ìbamos. Sin embargo, el Sàbado que
nos vestimos de policías y ladrones para ir al club de playa, me encontrè con
la grata sorpresa de que no èramos el único grupo con trajes de baño, gorras y
termos de algún tema, que alivio sentí.
Siempre he sido muy analítica y me encanta observar el
comportamiento de personas en ciertas situaciones. Y al haber sido esta una
nueva experiencia para mi, no pude entrevistar tanto a mis amigas como a los
otros grupos que venían de despedida al igual que nosotras sobre sus atuendos.
Habìa una fila en la playa para tomarse la foto con tu grupo
y cada vez que alguien posaba yo sacaba mi celular para capturar el momento.
Segùn el tema del que venían disfrazadas, era la pose que
hacían en la foto. Pasè horas riéndome al escuchar las respuestas de la gente
sobre como surgió la idea de sus trajes de baño, los nombres que se pusieron y
sobre todo las poses.
Entreviste a Marina, una niña de 21 años que también era la
primera de su grupo en casarse. Las amigas venían disfrazadas de salvavidas y
ella de blanco, todas con un letrero impreso en la panza que decía “bae watch””
“Mis amigas habían escogido otras frases màs divertidas para los trajes
de baño, pero cuando se entero mi novio casi me mata (rìe), estaban un poco
vulgares. Entonces de último momento mande a hacer estos trajes para ahorrarme
un pleito con mi novio. Me parecieron originales y mis amigas se ven bien de
rojo”
Pero sin duda el grupo que màs me sorprendió fue uno en el
que la novia venìa de negro y todas las demás de blanco, cuando normalmente es
lo contrario. Me acerque a su mesa a platicar con ellas y les preguntè que porque
habían decidido romper con la regla, a lo que la novia contestò:
“No viste el escàndalo que se hizo por la novia que vestida de blanco
se portò mal, quise hacer un experimento para ver si alguna de mis amigas
vestida de blanco se vuelve igual de viral”
Por suerte tome las fotos de dìa cuando todos los grupos
acababan de llegar, porque saliendo del lugar todas se veìan muy diferentes.
Fue muy divertido pero ya no supe si parecía Halloween o despedida de soltera. Yo
creo, (y espero) que esta euforia de disfrazarse se vaya disminuyendo conforme
pasan los anillos.
Por: Andrea Ortiz y Fernanda Isidro.
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