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“Las civilizaciones son distintas entre sí por historia, lenguaje, cultura, tradición, y, lo más importante, por religión. Las personas ...

“Las civilizaciones son distintas entre sí por historia, lenguaje, cultura, tradición, y, lo más importante, por religión. Las personas de diferentes civilizaciones tienen visiones distintas sobre la relación entre marido y mujer, además de diferentes puntos de vista sobre la importancia relativa de derechos y obligaciones, libertad y autoridad, igualdad y jerarquía”- Samuel P. Huntington

 ¿Alguna vez te has puesto a analizar detalladamente el trasfondo de una película?




Creo que todos disfrutamos de una buena película y con el paso del tiempo Hollywood nos ha ofrecido una gran cantidad de opciones. Sin embargo, no siempre vamos más allá cuando se trata de reflexionar sobre ellas.

Una excelente oportunidad para entretenerte y analizar es 'Un príncipe en Nueva York'. Si no la has visto, te recomiendo ampliamente que lo hagas, la podrás encontrar dentro del catálogo que nos ofrece Netflix.


Muchos podrán ver esta película como una típica palomera; pero detrás del drama, las risas y el amor que vemos representado en este filme existe un choque de culturas que quizás no podemos apreciar de primera instancia.


En la película de 1988, dirigida por John Landis, la historia sigue a Akeem (Ed Murphy), príncipe heredero de la ficticia nación africana Zamunda, quien junto con su mano derecha y amigo, Semmi (Arsenio Hall), viaja a Estados Unidos, específicamente a Nueva York en busca de amor y libertad.

Como cualquier persona que viaja a un país que nunca ha visitado, Akeem tenía expectativas y en realidad no sabía acerca del terreno desconocido al que estaba a punto de meterse. Podemos ver cómo ambos personajes buscaban el ya conocido american dream, y, de una manera muy cómica, el director nos deja ver los choques culturales a los que se enfrentan los protagonistas.
La película se basa en el american dream, el cual es un discurso estadounidense muy bien establecido internacionalmente que se caracteriza por su ferviente patriotismo y valores como la libertad. Esta ideología se ha propagado en gran medida por el carácter de potencia mundial que tiene Estados Unidos. Esto, por décadas ha causado que millones de personas migren a dicho país en búsqueda de una mejor vida.
Primero debemos entender un poco el contexto de la vida que llevaba Akeem antes de llegar a Estados Unidos. Él proviene de un linaje real en una nación que no se rige por la democracia. La esclavitud existe y los matrimonios son arreglados. Por esta última razón es por la que Akeem, con 21 años de edad, decide hacerse cargo de sus propias decisiones y empacar unas maletas Louis Vuitton para buscar al amor de su vida en el país de la libertad. 



¿Lo mejor de dos mundos? Más bien un choque cultural
Samuel P. Huntington, politólogo estadounidense, nos dice en su escrito The Clash of Civilizations que a partir de la Guerra Fría, los países le dieron más peso a su identidad a través de la cultura, aquello que los diferencía de los demás.

"Las grandes divisiones entre la humanidad y la fuente dominante de conflicto serán culturales."
Lo anterior es algo que podemos notar desde la llegada de los personajes principales a Nueva York, empezando porque llegan a un país que no se rige por los estatutos de la realeza, la gente se comporta de manera diferente. Un claro ejemplo es cuando un taxista le grita a Akeem tras casi atropellarlo. Cómicamente es el mismo taxista que lo lleva a su destino. Akeem está sorprendido y no toma como una ofensa el hecho de que alguien le grite. Es algo que le intriga.
Al momento que el taxista les pide la dirección del lugar a donde los llevará, Akeem responde inmediatamente que quiere ir a Queens, uno de los barrios más peligrosos. Algo que podemos ver aquí es que para Akeem sólo hay dos estatutos: o eres un príncipe rico o eres una plebeyo pobre. No hay puntos medios, y es notorio.
En el momento que llegan a este barrio, les roban todas sus maletas y al día siguiente ven cómo la gente lleva puesta sus joyas y abrigos. Incluso un señor vendía sus artefactos. Semmi reacciona de inmediato y los llama ladrones, pero Akeem lo ve como una experiencia chistosa y ve una oportunidad ahí: ahora deberán vestirse como auténticos neoyorquinos para que nadie sospeche quiénes son realmente.

A lo largo de la trama vemos cómo estos personajes deciden seguir el rumbo de una vida normal, conseguir un trabajo y pagar una renta en un lugar infestado por ratas.
Poco a poco, Akeem se da cuenta de la realidad: la inseguridad que se vive, la xenofobia y las condiciones en que se trabaja. Por ejemplo, nuestros protagonistas trabajaban en un restaurante de hamburguesas llamado McDowell's, una copia exacta de McDonald’s que dice ser la original. Ahí se puede notar firmemente cómo es que grandes compañías explotan y tratan de una manera distinta a sus trabajadores. Ambos personajes deben dejar atrás las comodidades de las que gozaban y empezar a ganarse la vida como cualquier persona.
No está de más mencionar que Akeem decide ir a Nueva York porque él buscaba la libertad, y pensaba que allá es dónde lo conseguiría. Esto es el epítome del pensamiento occidentalizado.
Akeem conoce a Lisa, una bella mujer, hija del dueño de el lugar de hamburguesas donde él trabajaba, y se enamora de inmediato. Después de unos intentos, logra salir con ella, pero, claro, sin que ella sepa su identidad. Es difícil ocultar esta identidad ya que hay personas que lo reconocen y le piden fotos.

El choque cultural más importante que debemos mencionar es cuando el rey se entera sobre la relación que mantiene Akeem con Lisa y viaja a Estados Unidos para impedir la unión. En el momento en el que el padre de Lisa se entera de quién es realmente Akeem, su trato, que antes era hostil, cambia completamente.
En un momento el rey comenta que Lisa no es digna de estar con su hijo ya que ella no pertenece a la realeza y por ende no es una persona que valga la pena. ¡¿Qué?! 
Pues  claro, en una cultura como en la que vive Akeem, las mujeres son vistas como un adorno o un objeto que acompaña al hombre, y al Lisa ser una persona que no provenía de la realeza, para ellos no tenía valor, y sí, leyeron bien, valor. 

"Mientras la gente define su identidad en términos étnicos y religiosos, es probable que vean una relación "nosotros" contra "ellos" entre ellos y personas de diferente etnicidad o religión"
Con el paso del tiempo los reyes otorgan su bendición a la unión de la pareja y se casan, pero no está de más mencionar que se fusionan dos culturas completamente diferentes. Esto hará que ahora sea la vida de Lisa la que cambie por completo.


¿Ahora ves la película de una manera diferente? Así como esta, hay muchas otras.
Aprovecha esta cuarentena y date un clavado en las películas de Netflix o alguna otra plataforma y cuestiónate todo. Casi siempre hay más de lo que parece. 


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