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BE REAL: TODO, MENOS REAL

  En el momento en el que nuestra identidad deja de ser individual y se convierte en algo colectivo –con evidente fecha  de caducidad–  ¿Qué...

 


En el momento en el que nuestra identidad deja de ser individual y se convierte en algo colectivo –con evidente fecha de caducidad– ¿Qué nos queda? ¿Quiénes somos realmente?


El mundo se ha convertido en un lugar cambiante, espontáneo e incierto, en el que cada vez es más complicado adoptar una identidad. El crecimiento exponencial de las redes sociales ha complejizado aún más la situación, pues dichas plataformas funcionan como una incubadora de aspiraciones falsas e inalcanzables. Podríamos incluso decir, metafóricamente, que las redes se parecen a catálogos en donde, citando a Barbie, es posible adoptar ciertos roles y realizarse como individuo,  y finalmente llegar a “ser lo que quieres ser”

 

EL COMIENZO DEL FIN

BE REAL se presenta como la plataforma que busca bajar al mínimo la posibilidad de engaño entre usuarios, basándose en la premisa de que en otras redes sociales como Instagram o Facebook, las interacciones y el contenido es fabricado. La propuesta única de valor de esta app de moda, es que su concepto va de la mano con  lo que conocemos como  “realidad”, con la vida sin filtros, con todo lo que pasa fuera de la virtualidad, con todo aquello que entendemos como orgánico. Pero ¿qué tan cierto es esto?


  • BeReal es una red social francesa desarrollada por Alexis Barreyat. Se creó en 2020, sin embargo, en ese momento la plataforma no ganó la popularidad esperada y fue hasta 2022 que consiguió éxito internacional.

  • Be Real cambió la forma en la que funcionan las redes sociales tradicionales, y se ha convertido rápidamente en la aplicación favorita de las generaciones jóvenes. 

Justo en el momento en el que los usuarios comenzaron a ver lo que realmente está detrás de las redes sociales (cuerpos falsos, celebridades falsas, vidas falsas), el mundo digital reaccionó e intentó apropiarse de lo real. Es así como se empieza a difuminar la línea entre lo virtual y lo carnal. Ahora el ojo está puesto en qué tan genuino te presentas ante los demás,  y tu originalidad de pronto se mide de acuerdo al número de veces que  intentaste tomarte una fotografía antes de subirla, o en qué tan falsa es tu pose, tu cara o tu desayuno.



REALIDAD EN TIEMPOS DE FANTASÍAS

Sin darnos cuenta, caímos aún más bajo, ahora no solo debemos aparentar en redes sociales, sino en nuestro día a día. Basta una notificación aleatoria  para que nuestra ansiedad pase de cero a cien e imploremos que nos llegue en un momento en el que realmente estamos “haciendo algo” y poder capturarlo. Ahora, nuestra cotidianidad debe ser extraordinaria: estar conviviendo con amigos, visitar algún restaurante, museo, asistir algún concierto, etc. De no ser así, sentirás que desaprovechaste tu tiempo, tu vida.

La plataforma y sus usuarios han hecho que lo simple y lo real pierdan sentido, pues ahora nos  vemos en la necesidad de “motivar" escenarios. Con el surgimiento de Be Real vale la pena preguntarnos; ¿hacemos las cosas porque realmente queremos? ¿o porque estamos propiciando el escenario perfecto para tomarnos una foto?. Parece ser que hoy, no solo debemos ser “falsos” en redes sociales, sino también en nuestra cotidianidad. Es evidente que la frontera entre lo real y digital es cada vez más difusa.

  • Nuevos cuestionamientos han surgido a raíz del crecimiento acelerado de Be Real. Expertos han especulado sobre el paradero de la información que proporcionamos todos los días a la app, y la posibilidad de que se viole, de alguna forma, la privacidad de los usuarios 
  • Aunque puedes elegir a quién agregar a tu lista de contactos en Be Real, una vez que publicas algo, no puedes estar seguro de quién lo verá; pues ciertos usuarios han descubierto que su contenido ha sido publicado en la sección “Discovered” sin previo aviso.




UN FUTURO INCIERTO

Bauman ya lo veía venir. Esta sociedad ya no es la misma en la que crecieron  nuestros padres y abuelos. El amor, el trabajo y ahora nuestra identidad han dejado de ser realidades sólidas, para simplemente desvanecerse y  dar paso a un mundo provisional, precario y ansioso de novedades. Hoy es Be Real, pero ¿mañana qué nueva app será? Si ya se está ofreciendo la cotidianidad  como “gran propuesta de valor”, entonces, ¿qué recurso queda por explotar?   

El sociólogo polaco considera a la identidad como un nombre que se da a la huída de incertidumbre:  “[...] es una proyección crítica de lo que se exige y/o se busca sobre lo que es; o, más exactamente aún, una afirmación oblicua de la inadecuación o el carácter incompleto de este último. La identidad entró en la mente y la práctica moderna vestida desde el principio como una tarea individual. El individuo debía encontrar una salida a la incertidumbre.” 

Según Bauman, en una modernidad líquida donde ya no existen las comunidades sólidas, el individuo se ve forzado a crear una identidad individual necesitando aún así aprobación social. Vivimos en una sociedad donde lo efímero equivale a certeza, pues nos consume el miedo de suponer que  ya nada –nunca– será sólido, estable, o perpetuo. 



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Referencias
Zygmunt Bauman. Chapter 2: “From Pilgrim to Tourist – or a Short History of Identity”. Questions of identity. (1995).





















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