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La Indignación es Mujer

La indignación como la raíz de la resistencia.  El himno de Las Tesis en contra de la revictimización que dio la vuelta al mundo. El caso De...

  • La indignación como la raíz de la resistencia. 

  • El himno de Las Tesis en contra de la revictimización que dio la vuelta al mundo.

  • El caso Debanhi y la exigencia de justicia.


Aunque el miedo parezca eterno, en realidad se parece más a una línea finita. Existe un límite que no es individual en su totalidad, sino sumamente colectivo: es la frontera que las personas compartimos a través de la cual distinguimos lo justo de lo injusto. En Redes de Indignación y Esperanza, Castells (2012) nos habla sobre cómo aquella emoción paralizante, se vuelve la semilla gracias a la cual florecen redes de acuerpamiento y acción que actúan con miras de cambiar o erradicar prácticas y discursos que hacen a las vidas poco habitables. 


“Pero fue fundamentalmente la humillación causada por el cinismo y la arrogancia de los poderosos, tanto del ámbito financiero como político y cultural, lo que unió a aquellos que transformaron el miedo en indignación y la indignación en esperanza de una humanidad mejor” (Castells, 2012, p.20)


Aunque se tenga la suposición de que la justicia es algo que, por necesidad, debe ir relacionada con la racionalidad, en realidad, en los movimientos sociales, podemos observar cómo la emoción se vuelve su detonante. Por ejemplo, el derribamiento de las estatuas de Cristóbal Colón en América Latina, en señal de las violencias ejercidas durante la colonización de los europeos en América. 


Por ello, Castells (2012) señala algo de suma importancia: la indignación es la emoción que comienza a tejer redes de resistencia porque, aunque tenga el tinte de ser una emoción “negativa”, a su vez implica el re-accionar sobre las injusticias que, a sabiendas y sin poca preocupación por esconder, se ejercen hacia las personas por parte de grupos de poder, el Estado, las instituciones, etc.  La indignación, no obstante, no sólo la vive una o dos personas, sino que se vuelve una emoción colectiva que, por lo tanto, se convierte en esperanza: en tener la convicción que otro mundo puede ser posible. 


“El violador eres tú”: la revictimización la mujer


La indignación y posteriormente la esperanza, se vuelven el punto de ruptura entre las ideas difundidas en los medios y que se establecen dentro de la mente de la población, pues, en palabras de Castells “la lucha de poder fundamental es la batalla por la construcción de significados en las mentes”. (Castells, 2012, p.22) Debido a que los medios tradicionales (TV, radio, prensa), están repletos de estos símbolos que disciplinan a la gente, el Internet se vuelve una herramienta fundamental para las redes de indignación y esperanza, ya que éste tiene espacios independientes de todo deber político o económico y viaja aún más rápido que las ondas radiales y las imágenes de la TV. 


Un ejemplo de una red que se vió amplificada por el Internet y que logró arrancar de raíz un pensamiento común, para sembrar otro nuevo, es el performance del colectivo chileno, Las Tesis y lleva el nombre de Un violador en tu camino. Hecho con la finalidad de presentar de manera práctica una tésis de Rita Segato, este acto performático se volvió en un himno de protesta que, gracias a su difusión por redes, permitió llegar a diferentes países de América Latina como México y Colombia, pero también a Europa como sucedió con el caso de Francia. 



Algo que da a entender la rápida cohesión de la coreografía y letra de Las Tesis es cómo, en todas las partes del mundo, se vive este mismo tipo de violencia y el encubrimiento de ella por parte de quienes, en teoría, deben salvaguardar la vida de las personas: la policía. “Hay un impacto que tiene que ver con que lo colectivo, al parecer, nos permite unificar sin partidos políticos hacia un enemigo que es abstracto” (Pais, 2019), comenta Cometa, una de las integrantes de Las Tesis. Pero, ¿qué logró cambiar este nuevo himno de protesta?


Cuando hay abuso sexual, se suele revictimizar a la persona que pasa por ello: “Mira cómo ibas vestida”, “Te lo buscaste por estar sola en la noche”, “Eso te pasa por salir de fiesta”, entre otras frases más que son usadas para responsabilizar a quien pasó por dicho abuso. Esto no solamente afecta de nivel psicológico a la persona, sino que continúa fortaleciendo una red de impunidad que limita la persecución del delito y que se haga justicia, puesto que da a entender que la justicia está hecha, cuando se le reclama a la víctima por no evitar las acciones hechas por los demás. 


El que la letra del performance tenga consigo “Y la culpa no era mía/ Ni dónde estaba/ Ni donde vestía”, abrió un nuevo panorama para las personas, panorama en el que se cuestiona la revictimización de la mujer y, al contrario, señala a sus agresores y grita por justicia, sin miedo a ser juzgada loca, sin miedo a la represión de su testimonio. 


El hecho de que se hubiesen hecho incontables cadenas de resignifiación de las letras de Las Tesis ilustra cómo, a partir de ahora, la autoridad que intente trivializar algún caso de abuso sexual, secuestro o feminicidio, en tanto que indigna, pierde credibilidad y, en tanto que se siembra esperanza, se exige justicia. 





“No fue accidente, fue feminicidio”: Caso Debanhi


Debanhi Susana Escobar Bazaldúa de 18 años de edad, fue vista con vida por última vez en la madrugada del 8 de abril sobre la carretera de Laredo en Nuevo León. El 21 de abril, se localizó un cuerpo cerca del área, y la noche del 22 de abril se confirmó que el cuerpo hallado correspondía al de Debanhi


La fotografía de Debanhi parada sola en la carretera circuló por redes sociales en un intento de conocer su paradero después de su desaparición. A esta foto se le sumaron otras fotografías de la joven junto con llamados a la sociedad para ayudar en su localización. “Te buscamos”, declaraban las imágenes virales que poco a poco daban vida a una frustración colectiva en un México donde las desapariciones de mujeres son un mal cotidiano. 



Además del enojo, se desataron debates que señalaban culpables a diestra y siniestra. Algunos dedos apuntaban a las amigas de Debanhi, otros al padre de Debanhi, y otros a la misma Debanhi. Tras el hallazgo de su cuerpo, tanto la frustración como las discusiones continuaron, pues se señalaba que la única persona responsable por su muerte era la persona que le había arrebatado la vida, no la víctima ni las personas a su alrededor. 


La indignación en torno al caso de Debanhi llegó a un punto detonador cuando se sugirió que su muerte fue un accidente. La Fiscalía General de Justicia de Nuevo León declaró que la causa de muerte fue una contusión profunda al cráneo, y se dió a conocer que el cuerpo de Debanhi fue encontrado en una cisterna, por lo que surgió la versión que sugería que Debanhi cayó a la cisterna por accidente y falleció. 


“No fue accidente, fue feminicidio”. Con esta frase, colectivas feministas comenzaron a exigir que el caso fuera investigado como feminicidio para asegurar la justicia. Fue entonces, cuando se comenzaron a hacer llamados para protestar. Inicialmente las convocatorias fueron virtuales, pero eventualmente, colectivas feministas tomaron las calles. Primero las de Nuevo León, y luego se sumaron otros estados de la república. A pesar de que el caso ya está siendo investigada con el protocolo de feminicidio, el nivel de indignación y enojo a llegado a tal nivel que mujeres enfrentaron directamente al gobernador de Nuevo León, Samuel García, y su esposa Mariana Rodríguez, criticando su inacción y su privilegio. 



Entre el miedo a desaparecer, ser violada y ser asesinada, crece y se enaltece la indignación femenina, indignación que no perdona, no olvida, y no se culpa a sí misma.


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