EL 'FOMO' A LA SOLEDAD

Un juego de números en las relaciones contemporáneas

Los días de salir a un bar para conocer nuevas personas han quedado en el pasado. Esto nos han hecho creer aquellos que desde hace unos años han migrado a las plataformas digitales en busca de conectar con otros. Hoy en día, contamos con aplicaciones de citas donde las personas han encontrado una oportunidad para salir de su soledad y poder interactuar en espacios donde normalmente no podrían llegar, ya sea por factores geográficos, pena o por ser ermitaños. La globalización en su máxima expresión; comunidades que se están acercando gracias al internet pero, desde la perspectiva de las relaciones sentimentales. 

 

De hecho, este boom comenzó en 2009 con la creación de Grindr, una aplicación de citas que se enfoca en la comunidad gay y que rápidamente le dio paso a que otras más para que salieran al mercado. Ya en 2012 surgió Tinder, convirtiéndose en la app más exitosa debido a que en ella se introdujo la opción de conectar con personas de la orientación sexual que te definiera. Desde ahí, muchísimas aplicaciones más han salido al mercado, y con ello, la interrogante sobre el verdadero beneficio o problemas que se encuentran al transportar las relaciones sentimentales hacia un plano más inmediato.

La realidad de las citas online

Hablando del caso Tinder, hasta 2018 se estimaba un promedio de usuarios activos de 57 millones de personas por mes, donde el 67.5% de los usuarios eran hombres y 32.5% mujeres, según datos de Statista Latino América. Aquí podemos observar que los hombres son quienes tienen un mayor interés por encontrar parejas sexuales. “Nature has biologically built a disadvantage into men: a huge desire for sex that makes men dependent on women.” (Baumeister and Vohs 2012), por lo que las posibilidades de obtener un match en estas aplicaciones se vuelve cada vez más complicado.

Este es el principio de la teoría de sexual economics, donde las minorías son las que tienen el poder desde una perspectiva de mercado como es la oferta y demanda. “When women are in the minority, the sexual marketplace conforms to their preferences” (Baumeister and Vohs 2012), lo que acaba por hacer hincapié en la facilidad por parte de las mujeres de encontrar algún hombre que se sienta atraído por ellas, en comparación con la dificultad que pasan los hombres. “Los hombres ya no seleccionan, mientras que las mujeres son cada vez más selectivas” (Gómez and Ortíz, 2019). 

 

En retrospectiva, las aplicaciones de citas no están logrando que las personas obtengan más citas, solo están acelerando el proceso. Como mencionan Nuria Gómez y Estela Ortíz en Love Me, Tinder (2019) “no cambia el paradigma sino que lo acelera, lo sobredimensiona". Y hace referencia al feedback-loop, reproduciendo conductas habituales al momento de ligar por ambos sexos (desde una perspectiva generalista), pero dentro de un ambiente virtual. Lo que sí afecta son los puntos medios al momento de conocer a alguien. En las aplicaciones, la interacción se reduce a un swipe left y swipe right, en el mundo real puedes conocer a la persona y generar un juicio a posteriori.  

Cantidad no significa calidad

Retomando la idea anterior, las personas no están obteniendo más citas; lo que sí está pasando es que se han incrementado las posibilidades. Ahora no estás seleccionando entre las veinte personas que están en el bar, sino que tienes la posibilidad de observar a una centena de nuevos rostros en cuestión de minutos. Aún así, queda claro que la tendencia se mantiene tanto en la vida real como en los espacios digitales: las mujeres no buscan estar con cualquier hombre, y los hombres eligen en muchos casos a quien sí les haga caso.

“Women certainly desire sex too—but as long as most women desire it less than most men, women have a collective advantage”

(Baumeister and Vohs 2012). 

 

Los hombres están en una constante búsqueda de parejas sexuales, de modo que las masculinidades más arraigadas se sienten motivadas a contraer cada vez más encuentros para enaltecer su “superioridad”. De hecho, un término como el de body count parece ser la cereza del pastel, donde se genera un conteo que objetiviza los encuentros sexuales como una muestra de éxito que tradicionalmente venera a los hombres y ridiculiza a las mujeres. Y tal parece que el uso de las aplicaciones de citas, si bien no está logrando conectar tantas personas como se podría creer, está sirviendo como un mecanismo más en el cual los hombres buscan sexo y aceptación. 

Aunque el “rechazo” pasa inicialmente en las aplicaciones de citas, los hombres que están cansados de no conseguir a alguien se van de esos lugares y llegan a otros, crean  comunidades donde discuten sobre lo difícil que es lograr tener relaciones amorosas, o relaciones sexuales con mujeres. A estos hombres se les conoce como incels, básicamente es una cultura misógina en la cual hay reglas y se hablan de ciertos temas como: “The sexual market, women as naturally evil, legitimizing masculinity, male oppression, and violence” (O’Malley, R., Holt, K., Holt T. 2020).

Sin embargo, los incels tienen varias concepciones sobre el privilegio sexual de las mujeres ya que dicen que son ellas quienes deciden a quien rechazan o con quien tienen relaciones.“Women reside in a place of sexual privilege in the sexual marketplace, as females act as the sexual gatekeeper by deciding who they reject and with whom they have intercourse. Thus, a female-dominant sexual market is cited as the most powerful barrier to sex among incels”. (O’Malley, R., Holt, K., Holt T. 2020).

 

Tomando todos estos puntos, podríamos dejar en consideración dos aseveraciones dentro de las plataformas de citas. La primera es que el hombre es quien más está buscando que el propósito inicial de estas apps haga sentido. Ya sea para evitar la soledad o por contar a más personas en su número de conquistas sexuales. La segunda, sería que aunque en realidad nada asegura que tengas mayor suerte en el amor derivado de estas aplicaciones, una realidad es que al estar inmersos dentro del mundo digital, nos hemos enfocado en consumir la mayor cantidad de contenido en lapsos muy cortos de tiempo.

Esto a su vez, ha generado que en todo momento tengamos una necesidad casi obligada por consumir más información, y en aquellos momentos en que no es posible, se genera FOMO (fear of missing out) en las personas pues están constantemente preocupadas por aquello que están perdiendo por no interactuar con la aplicación. Probablemente el porcentaje de éxito de una persona ligando en la vida real y en la digital sea similar, lo que cambia es esta necesidad inconsciente de tener más; más matches, más swipes, más opciones.

 

#1099

Texto por Saúl Sánchez, Mariana Iglesias y Sara Vivar.

Referencias:

Baumeister, Roy & Vohs, Kathleen D. (2012). Sexual Economics, Culture, Men, and Modern Sexual Trends. Springer Science+Business Media New York, 520-525.

            Fetters Ashley (2018). The Five Years That Changed Dating. Obtenido de The Atlantic: https://www.theatlantic.com/family/archive/2018/12/tinder-changed-dating/578698/

            Ligget, Roberta; Holt, Karen & Holt, Thomas (2020). An Exploration of the Involuntary Celibate (Incel) Subculture Online. Journal of Interpersonal Violence, 1-28.

          Redacción (2018). Estadísticas de Tinder 2018: análisis y datos de uso de la App de citas. Obtenido de FranBocanelli: https://blog.franbocanelli.com/estadisticas-de-tinder-2018-analisis-datos/

            Redacción (2020). Qué es el Valor de Mercado Sexual y Por Qué es tan importante. Obtenido de Hombre Alfa Top: https://www.hombrealfa.top/valor-de-mercado-sexual-vms/

Valdés, Isabel (2019). Tinder: ellas cuando quieren, ellos cuando pueden. Obtenido de El País: https://elpais.com/sociedad/2019/09/27/actualidad/1569614879_466846.html?event_log=go