https://i.ytimg.com/vi/I745Ajeq_B8/default.jpg

De la economía sexual nacieron las ligas femeniles.

Hay una cuestión que el autor menciona en el texto que me parece  fascinante: "la sociabilidad femenina se centra en gran medida en las...

Hay una cuestión que el autor menciona en el texto que me parece  fascinante: "la sociabilidad femenina se centra en gran medida en las  relaciones uno a uno, mientras que la sociabilidad masculina se extiende  a redes de grupos más grandes de relaciones más superficiales." (Roy F. Baumeister & Kathleen D. Vohs) y me recordó a un chiste que presenta Bill Burr, hablando de por qué las ligas deportivas femeninas dependen económicamente de las masculinas. 


 

El artículo parece ofrecer una explicación. Hoy por hoy muchos de estos equipos y ligas son un ejemplo claro de éste fenómeno. Formar parte de una afición te genera un sentido de pertenencia a un grupo extenso de fanáticos que para nosotros los hombres es muy importante, la evidencia que presenta el texto sugiere que para las mujeres no lo es. A pesar de que sería genial que tanto hombres como mujeres pudieran vivir del deporte, la realidad es que las mujeres se han unido para exigir esas oportunidades en nombre de otras mujeres, en vez de crear la demanda necesaria para mantener económicamente viables a estas ligas.

The economics of women’s sports are not a reason to not support them


 

¿Por qué siguen en pie estas ligas si no son económicamente viables? El texto propone que: “los hombres quieren sexo, de hecho más que las mujeres. Las mujeres, por su parte, no solo quieren matrimonio, sino también acceso a carreras y trato preferencial en el lugar de trabajo.” (Roy F. Baumeister & Kathleen D. Vohs). Si entendemos entonces que el sexo resulta una herramienta de negociación que controlan las mujeres, entonces entenderemos que si la sociedad femenina exige la existencia de ligas femeniles, la sociedad másculina hará lo posible para hacer que se cumpla, esperando (aunque no siempre explicitamente) sexo a cambio. Para mantener la oferta sexual baja, es común que entre las mujeres exista violencia, muchas veces tachando a las otras de fáciles o de prostitutas, reforzando la idea de que "la abrumadora evidencia indicó que la supresión cultural de la sexualidad femenina es propagada y sostenida por las mujeres" (Roy F. Baumeister & Kathleen D. Vohs). Pareciera ser que el único día al año que a las mujeres se les permite vestir de manera provocativa es en Halloween.

Why Do Women Shame Other Women?  

  • Los efectos positivos de un mercado con alta demanda 

Sin embargo, pareciera ser que el mantener la oferta sexual femenina baja, ha llevado a que los hombres progresen en la sociedad en muchos frentes. "Dar a los jóvenes un fácil acceso a la satisfacción sexual abundante priva a la sociedad de una de sus formas de motivarlos a contribuir con logros valiosos a la cultura." (Roy F. Baumeister & Kathleen D. Vohs). Si partimos de la premisa que los hombres están dispuestos a hacer todo por el sexo, y poco más, entenderemos que el progreso social que se ha dado en las instituciones formadas y fundadas por hombres ha sido gracias a su necesidad de presentarse de una manera favorable hacia las mujeres. Si las mujeres quieren que haya ligas femeniles, las ligas varoniles las financian, Si las mujeres quieren dedicarse a su carrera, los hombres implementan políticas que les permitan avanzar y desarrollarse en las mismas. Todos estos desarrollos han dado pie a que los hombres dejen de lado sus aspiraciones progresistas ya que "la liberación económica y política de las mujeres se correlaciona positivamente con una mayor disponibilidad de sexo". Mayor disponibilidad al sexo naturalmente disminuye los esfuerzos de parte de los hombres. Económicamente hablando, esto no es un problema, ya que el vacío creado, lo llena naturalmente la demanda por trabajos generada por las mujeres.


  •  El declive del líbido femenino y su substituto

Sin embargo, hay un factor además del sexo que motiva a los hombres a superarse personalmente, la paternidad. "La motivación profesional realmente se intensifica para los hombres cuando se convierten en padres. De hecho, se sabe desde hace tiempo que la transición a la paternidad tiene efectos opuestos según el género. Las nuevas madres se retiran de su trabajo y carreras; los nuevos padres adoptan el trabajo y la carrera con mayor seriedad y motivación" (Roy F. Baumeister & Kathleen D. Vohs). De repente esto pareciera contraintuitivo, ya que la familia tiende a ser una de las demandas que históricamente han impuesto las mujeres para conceder una relación sexual, cuando los hombres tienden a buscar relaciones libres de compromiso. Sin embargo la evidencia del artículo sugiere que si algo motiva a los hombres más que sus esposas son sus hijas. Este cambio parece seguir siendo transaccional, ya que existe suficiente evidencia que sugiere que las mujeres pierden su interés por el sexo a una muy temprana edad comparada con la de los hombres. De esta manera, si las mujeres no están interesadas en ofertar sexo, algun otro motivador tendría que llegar a ocupar su lugar; en este caso, la paternidad.

How Men’s Bodies Change When They Become Fathers 

 


  • Los jugadores que abandonan el juego 

Por último, sería interesante especular qué pasa con los grupos de hombres que deciden alejarse del desgaste del mercado sexual. Movimientos como MGTOW y los incels han ido creciendo recientemente a través de grupos en redes sociales. En gran parte podríamos atribuir su decisión al que no se supieron adaptar a las demandas del mercado femenino. Aunque el artículo sugiere que tienen razón en cuanto a que el sistema está diseñado para limitar la oferta sexual que existe en el mercado, no sería una locura sugerir que aquellos que no tienen acceso a las relaciones sexales con mujeres, es porque no han generado el suficiente valor como para generar interes del sexo opuesto. Además, el hecho de que tanto los miembros de MGTOW como los incels se alejen del mercado sexual lleva a regular la demanda, creando así más oportunidades para los hombres que siguen probando su suerte.

Sexual Economics, Culture, Men, and Modern Sexual Trends 

 

(990 palabras) 

 

No comments:

Post a Comment