Como cualquier otra moda, los tatuajes han renacido tanto en cantidad, como en tamaño y forma. A donde quiera que vayamos, hay perso...


Como cualquier otra moda, los tatuajes han renacido tanto en cantidad, como en tamaño y forma. A donde quiera que vayamos, hay personas tatuadas y es por eso que nos da la sensación de que el tatuaje es una cuestión muy moderna. Sin embargo, los tatuajes son un arte que remonta a las civilizaciones más antiguas. 




Antes, los tatuajes, como los piercings, se hacían con fines estéticos: sólo personas de la nobleza los podían tener, no cualquiera. Una sociedad compleja es la que se puede dar el lujo de fijarse en cuestiones de belleza, y una sociedad compleja es la que está “librada” hasta cierto punto de preocuparse de las necesidades básicas. Por eso, los tatuajes debieran verse como un logro más en la humanidad y no como algo que genere mala reputación, como diría tu abuela. 



Aquí unas cuantas estadísticas: en Estados Unidos, ¡40% de las personas entre 26 y 40 están tatuadas! El 14% de toda la población norteamericana tiene un tatuaje (y obvio hay que considerar que los bebés y los muy muy ancianos forman parte de la población…) es decir, 45 millones de americanos tienen al menos un tatuaje. Sin embargo, 32% de las personas tatuadas en Estados Unidos se consideran “adictas a la tinta”. Un total de 1,650,500,000 dólares se gastan las personas en hacerse tatuajes.



¿Seguirá acaso el estigma sobre que los tatuados son carceleros? Claro que sí. Cada vez que lo comentó con uno de mis tíos dicen que son “espantosos”, “una abominación”. La otra vez, el socio de mi padre dijo que “jamás en la vida contrataría a alguien con un tatuaje”. ¡Qué horror que todavía se piense así! 



Las personas se hacen tatuajes por muchas razones, unas muy complejas, para recordar una regla de vida o reconocer a un familiar que perdieron, se tatúan para no olvidar momentos especiales de su vida o para dejar marcado en el canvas de la piel las personas que admiran o quieren llegar a ser. 


¿Qué ha sucedido en el mundo laboral? Las compañías les han pedido a sus trabajadores que se cubran los tatuajes y ni por un segundo se toman el tiempo de valorar la personalidad única de su trabajador. La compañía no gana fuerza sino todo lo contrario: la pierde cada vez que no aprecia a su individuo. 


¿Cómo le haremos como estudiantes para no ser discriminados allá fuera en el mundo laboral? De entrada tenemos que seguir comunicando y moviendo la opinión pública para que todo mundo sepa que tener un tatuaje no te hace ni más ni menos profesional, no te hace ni mejor ni peor persona. Y mientras tanto, no dejar de hacer arte en nuestros cuerpos. Una buena solución, los mini tatuajes. No sólo son hyper cutes pero son suficientemente discretos para evitar la injusta discriminación. 


Les dejamos aquí un videito para que se inspiren:



Los mini tatuajes son la tendencia en cuanto a marcas corporales más importante hoy en día. Normalmente se ponen en los talones, muñecas, dedos, cuello, oreja y otros lugares sensuales y discretos, o justo donde se juntan dos partes del cuerpo. Hay muchísimas opciones de formas, desde moñitos hasta changuitos, desde corazones hasta pantalones. ¡Deja volar tu imaginación y explora las posibilidades de los mini tatuajes!



Y recuerda: lo más importante de todo  es que a ti te guste tu tatuaje.





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