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Dicen que un beso sin bigote no es beso. Pregúntenle a cualquier mujer y ella sabrá responder con un sí. Pero ojo, no estamos habland...


Dicen que un beso sin bigote no es beso. Pregúntenle a cualquier mujer y ella sabrá responder con un sí. Pero ojo, no estamos hablando de la barba de chivo de tu hermano puberto de 17 años, ni tampoco la barba de tres días de borracho,  mucho menos ese intento lastimoso que muchos hombres pretenden lucir y sólo consiguen una minúscula cantidad en los extremos de la boca. Este post va dedicado a las barbas frondosas y cuidadas de los hombres. 

La tendencia de las barbas se puede rastrear hace unos cuantos años, en el 2012, cuando el reinado hipster estaba en su máximo apogeo. Sí, dije hipster, aquella subcultura relacionado con lo alternativo, lo diferente, lo vintage y lo sensible. Hoy  nos parece tan lejana esta tendencia, pero que en su tiempo significó toda una manía. Y  como sucede siempre con la moda, ésta pasa, pero nos dejó algo: La barba. 






Tal vez su popularidad haya sido gracias a la mercadotecnia y al choque contra la cultura dominante de ese momento. Sólo hay que hacer memoria y ver cuál era el prototipo de belleza masculina la década pasada. El metrosexual, aquel hombre que vive para lucir un cuerpo, peinado y pulcritud impecable. Ahora, la barba surge como un punto de escape para quienes no siguen la norma, que inevitablemente al pasar el tiempo, llega a la masa para convertirse en el prototipo de belleza. 

Desde entonces hemos visto un desfile interminable de hombres con la más variada forma, largo y frondosidad del vello facial. La barba más aceptada es aquella que sea atractiva a los sentidos, una que luzca saludable, huela bien y se sienta suave. ¿Pero toda la culpa cae en la industria de la moda? 

Según el estudio que hizo la universidad de Nueva Gales del Sur, Australia, los hombres de barba resultan ser más atractivos. El experimento realizado en el 2013, consistió en mostrar a 351 mujeres y a 177 hombres heterosexuales, 10 fotografías de sujetos con diferentes etapas de crecimiento de su barba: Recién afeitado, cinco días de crecimiento y 10 días. 

El siguiente paso era que los participantes calificaran las fotografías teniendo en cuenta la masculinidad, el atractivo y el potencial paterno de los hombres. Las fotografías mejor valoradas fueron en las que se mostraba al hombre con una barba de 10 días, mientras las que salieron más bajas fueron para quienes tenían poco vello facial. 

Otra investigación publicada en la revista científica, Evolution and Human Behaviour, respalda esta conclusión y además agrega que la barba puede ser un singo de buena salud y de gran potencial para ser buen padre y tener capacidad de crianza. ¿No sé en qué momento llegamos de las barbas a tener bebés? El punto es que la atracción hacia el vello facial está más arraigada en nuestra mente de lo que nos gustaría pensar. 







Hay que tener claro que como todos los gustos, son subjetivos y no existe una ley que aplique para todos. Lo que sí es un hecho es que al parecer las barbas hoy, son populares, aunque como muchas veces pasa, su reinado no es eterno. 

La barba como accesorio de moda, como potenciador sexual, como singo de buena salud o simplemente como un sinónimo de masculinidad está presente en las calle, en la cara de mucho hombres y en los sueños de muchas mujeres. 



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