La liberación de la mujer no sólo se cuenta en los eventos más grandes y sonados o en acciones que cambian la historia de un momento a otro...

La liberación de la mujer no sólo se cuenta en los eventos más grandes y sonados o en acciones que cambian la historia de un momento a otro. El avance del feminismo no sólo se ve reflejado en la primera vez que una mujer votó, o cuando una mujer fue candidata para la potencia más grande del mundo. Hay cambios sutiles que también hacen la diferencia, que nos hacen ver las cosas diferentes y que poco a poco establece una equidad cada vez mayor entre los hombres y las mujeres. Esos detalles pueden ser tan simples como los zapatos. 



La historia de los zapatos

Según la tienda en línea de zapatos, Zalando, en la Edad Media tanto los hombres como las mujeres pertenecientes a la nobleza utilizaban un tipo de zapato bajo fabricado en cuero de vaca o cabra, mientras la plebe se conformaba con zapatos de fibras naturales.

Años después, en Escocia e Irlanda aparece un estilo de zapato llamado Balmoral, haciendo referencia al castillo de la reina de Escocia, como menciona el sitio Moda Vintage en sus artículos sobre la historia del zapato. Estos zapatos estaban fabricados a base de cuero, retomando la imagen de nobleza tanto por su fabricación, como por el nombre que se les asigna. 



Es un estilo de zapato cerrado y elegante, comúnmente de cuero o gamuza, aunque existen diseños con materiales sintéticos. Estilo Total habla sobre la popularidad que adquirieron rápidamente, y es posible que se deba a que personalidades importantes como el príncipe de Gales Eduardo VIII u Oscar Wilde, solían usarlos en eventos.




En el siglo XIX este tipo de calzado fue acogido como uniforme de la Universidad de Oxford por ser versátiles y por su fácil fabricación. Por ello pasaron a ser conocidos mundialmente con ese nombre y se empezaron a perfeccionar para la vestimenta del hombre. 







En los 80 Michael Jackson volvió a poner la mira sobre los zapatos cuando los usó en sus conciertos en una versión blanca con la punta negra.

El rey del pop hizo que la moda regrese y por años las calles se pisoteaban por todos lados con la clásica suela plana. 



¿Dónde están hoy?

Actualmente los zapatos Oxford, pasaron de ser exclusivamente masculinos a atraerle también al gusto femenino, por lo que se han adaptado a muchas versiones, ya sea con un poco de tacón, más estilizados, o en colores más femeninos, pero conservando siempre ese toque masculino que le dan las costuras y los lazos que los caracterizan.

 



Además la marca Cole Haan ha reinventado este estilo, tanto para hombres como mujeres, al unirse con Nike para crear un zapato más cómodo con suela de tenis, sin perder su elegancia.







Hoy, los zapatos Oxford son esenciales en el armario de cualquier mujer, y una de las claves de su éxito es la comodidad. Pueden ser tan femeninos como unos zapatos de tacón y tan cómodos como unos balerinas. Y la propagación de su uso no dejó atrás a la CDMX, en donde no sólo se ven en las calles, también en los talleres y las líneas de diseño mexicano.


Revistas y blogs de moda femenina como Mujer Hoy afirman que “este tipo de zapato es ideal para conseguir un look sofisticado, con un toque masculino y muy chic”. Y aunque el estilo masculino está siempre presente, depende de los colores y las prendas con que los combines lo que le dará ese toque femenino.




¿En verdad son una declaración?

Hoy no podemos imaginar una época en la que la mujer no gozaba de la comodidad de los pantalones, o peor aún, esos tiempos en los que la voz de la mujer no era escuchada por ser inferior al hombre, por no saber de lo que hablaba y porque no se les había dado la educación que merecían, por el único motivo de ser mujer. 

La lucha por los derechos igualitarios entre ambos géneros es cada vez más fuerte, y los resultados han venido a pasos agigantados. Es una época diferente que hace valer los derechos humanos a todos los individuos sin restricción ni discriminación. 








El zapato ya no define el género.

Así que tú eliges… Clásicos, deportivos, brillantes o floreados.




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