Según Homero Simpson, solo hay dos tipos de personas que usan camisas
Hawaianas: los gays y los que viven de reventón. Y si no eres uno,
inevitablemente eres lo otro, pero ¿será esto cierto actualmente?
Primero un poco de historia…
Por ahí del siglo XIX, el atuendo normal en las islas de Hawai era una
simple camisa de colores solidos para hombres, llamadas Palakas, y vestidos
bastante cuadrados igual de aburridos para las mujeres, llamados Muumuus. Estos
atuendos holgados hechos con textiles sacados de las cortezas de los arboles, respondían
a las necesidades de tener un atuendo cómodo, fresco y duradero.
Con la llegada de cruceros de turistas en los años 20, se empezaron a
grabar a mano en la ropa, patrones con motivos playeros como recuerdo de su
viaje, hasta que Ellery Chun, un empresario de la universidad de Yale, comenzó
a hacer camisas de hombre, con telas de kimonos hawaianos (algo entre un
Muumuuu y un kimono tradicional japonés), que la gente no quería comprar,
porque ya no tenía tela blanca. Ese diseño en camisas, se vendía como pan
caliente a los turistas, y sacó su negocio adelante durante la época de la depresión.
Así surgió la idea de producirlas masivamente y de venderlas en playas, donde
los turistas las pudieran usar como símbolo de diversión y relajamiento. En
Hawai, esas camisas siguen siendo vestimenta casual (ahora ya tradicional), y
dependiendo del patrón, colores y la tela, vestimenta formal también.
Ellery J. Chun, incluso las nombró: camisas Aloha. Popularmente conocidas fuera
de las islas como camisas Hawaianas.
Con el paso del tiempo, los diseños se hicieron mas informales, con muchos
mas colores, mas brillantes y llamativos, con patrones asimétricos y con
combinaciones de flora y fauna a veces sacadas del caribe, o hasta del amazonas.
Para los Hawaianos, las camisas así son un insulto a sus diseños, ya que originalmente
se imprimían solo con motivos de las islas y sus tradiciones, y se refieren a esas
otras como camisas californianas. El resto del mundo no ve
la diferencia, pues según estudios de mercado, nadie pasa mas de un par de
minutos escogiendo una de esas camisas, pero si uno pretende ir a Hawai, lo
mejor será optar por una camisa con un diseño sobrio (dentro de lo que cabe), y
colores más discretos.
Hoy, esas camisas se han vuelto tan populares, que hasta Inditex y su
competencia ya las incluyen en el catalogo de cada temporada, y con la generación
milenial tomando consejos de moda y
estilo de lo que hoy en día pasa por un artista, y maniquís de Forever 21 y
Pull & Bear, esas camisas se han popularizado ya a un nivel incontrolable,
dejando de ser algo 100% ocasional y agradable, a algo de pésimo gusto. Sobre
todo tratándose de alguien que vive a cientos de kilómetros de la playa mas
cercana, y las usa en otoño/invierno. A menos que tu nombre sea Cosmo y tu
apellido Kramer, nadie debería tener permiso para usarlas de manera casual
fuera de Hawai. Mejor hagamos como Elvis y limitemos su uso al lugar donde
pertenecen: a la playa. Incluso Tony Montana tenia la decencia de solo usarlas
en Miami, no cuando estaba en Bolivia o Nueva York.
Es sabido que la generación milenial tiene un severo problema de estilo,
pero de ellos depende que las cosas vuelvan a tener el significado que una vez
tuvieron. Dudo que esto suceda en algún tiempo cercano, pues a esta generación le
gusta vestirse como Ace Ventura, y lo peor es que creen que se ven bien. Una
cosa es estar a la moda y otra es saber vestirse. Muchas veces estos conceptos
no van de la mano, y como evidencia, cada que se retrata una época gráficamente,
parece que lo que aparece como vestimenta, es mas bien una critica al mal gusto
de la gente en ese tiempo.
Me remito a las evidencias.
Nadie puede decir que Elvis o Frank Sinatra se veían mal por usarlas, o lo
que es igual de malo, fuera de lugar. Así que tratemos a la ropa con respeto, o
no podremos respetarnos a nosotros mismos cuando veamos nuestras fotos viejas.
Stay classy San Diego
(690 palabras)
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