Terrace House: El gusto de ver lo prohibido

 Terrace House: El gusto de ver lo prohibido

Terrace House es uno de esos gustos culposos que cada vez se vuelven más comunes. Uno de sus gran motores, el morbo. La sensación de anonimato al navegar por las redes sociales observando a nuestros amigos, familiares y compañeros es una que hemos experimentado como cualquier usuario de Facebook, Instagram o Twitter.

Y ahora que ya vivimos esta sensación, Terrace House la magnifica al permitirnos mantener en vigilancia constante a un grupo de jóvenes que interactúa por primera vez. Nos permite proyectarnos en los comportamientos de los jóvenes al mismo tiempo que nos da pie para juzgarlos desde la comodidad del anonimato. Esta tensión hace que como espectadores nos mantengamos al pie del televisor sin importar que las transmisiones han ocurrido en años anteriores. El gusto de ver la intimidad de otros captura nuestra atención a un grado que capitalizarla se ha vuelto tarea sencilla para los productores y distribuidores del reality show.

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