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En esta temporada primaveral (y en épocas de Trump), la cultura hipster en México no sólo mantiene ese aire vintage y hippie que nos ...

En esta temporada primaveral (y en épocas de Trump), la cultura hipster en México no sólo mantiene ese aire vintage y hippie que nos remonta a los 70’s, sino que ahora se combina con un estilo más independiente, colorido y autóctono: el típico bordado mexicano. Dejando un poco de lado la inclinación comercial estadounidense, este grupo ha dado un giro radical al concepto de moda logrando que se consuman los textiles de las comunidades indígenas a precios justos y en grandes cantidades. Asimismo, ya bastantes diseñadores mexicanos tales como Maka, Lydia Lavín, Malafacha, entre otros, han fomentado el uso de este look inusual alrededor del mundo. 



La diversidad en los diseños permite adaptarlos a varios estilos dando un toque elegante y cómodo al mismo tiempo. Las telas pueden tener diferentes texturas, varían en color y en corte ya que pueden tener encajes, tejidos o cuentas que brindan distinción a las blusas. Además, cada prenda es única y diferente gracias al bordado a mano que hacen diferentes artesanos. Al utilizar estas camisolas tejidas se recomienda no combinarlas con pantalones estampados porque recargan el outfit y le quita protagonismo a la blusa, por eso es mejor utilizar pantalones lisos de tonos claros o pasteles, el color negro y la mezclilla también son una opción.




En la nueva inclinación hipster predominan las blusas de manta con bordados mexicanos. Los pueblos y estados de México tienen una diversidad étnica en sus blusas bordadas que son típicamente utilizadas por los indígenas que habitan en determinadas zonas. Aunque son prendas características de cada región, en la ciudad es inusual que la gente las utilice. No obstante, ahora es una tendencia y está dando de qué hablar entre las marcas importantes que apuestan por los bordados.



Tan grande ha sido esta novedosa moda que ha cruzado fronteras y ha llegado a otros países como es el caso de Francia. En Francia se dio un caso de plagio a la cultura Mixe donde una diseñadora, aprovechándose de la comunidad, patentó el bordado típico de los huipiles que conoció en uno de sus viajes a Santa María Tlahuitoltepec, México. La diseñadora, Isabel Marant, presentó la prenda en su colección de ropa primavera-verano 2015 titulada “Étoile”. Naturalmente el gran parentesco causó que la gente comenzara a preguntarse el origen real de la prenda y fue así como la cantante oaxaqueña, Susana Harp, acusó directamente a Isabel por el plagio evidente. No se sabe si las ganancias recaudadas por dicha prenda hayan sido donadas a las artesanas oaxaqueñas pero lo que sí se sabe es que el presidente municipal de Santa María Tlahuitoltepec hizo un pronunciamiento respecto a los actos de la diseñadora pues evidentemente son un acto que expresa falta de respeto a la cultura y al simbolismo. 

Sin duda, el bordado regional mexicano es algo digno de usar, un estilo que jamás pasará de moda. Por eso no es de sorprenderse que grandes diseñadores extranjeros traten de imitarlo o que las nuevas generaciones retomen estos bordados como algo único. México tiene mucho que aportar al mundo en todos los sectores y debemos impulsar comprando a las artesanas mexicanas.




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